La nueva historia de José María Cabral busca dar luz sobre la Masacre de Perejil, uno de los acontecimientos más atroces de la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana.
CRFIC 2022 | Parsley (Perejil) (2022)
Puntuación: ★★½
Dirección: José María Cabral
Reparto: Cyndie Lundy y Ramón Emilio Candelario
Cuando los cineastas se animan a recrear eventos del pasado, con el fin de traerlos a la actualidad y dimensionar las terribles consecuencias que ciertos actos indiscriminados tienen hasta la fecha, resulta valioso darle una oportunidad a cualquier propuesta que busque reivindicar a los pueblos o sectores que han sido minimizados a lo largo de la historia.
En su nueva película, José María Cabral pone el reflector sobre la Masacre de Perejil, por el dictador Rafael Trujillo en. 1937; donde ordenó a sus tropas la erradicación masiva de la población de origen haitiano que residía en el territorio dominicano. Su nombre se debe a para identificar a los civiles haitianos entre la población dominicana negra y mulata de la zona, la policía de Trujillo exigía a sus potenciales víctimas pronunciar en español el nombre de la planta del perejil.
Como producto audiovisual, “Perejil” hace demasiado énfasis en la violencia explícita y las injusticias cometidas contra los haitianos en este momento histórico, lo cual genera impacto en cualquier espectador con un mínimo de empatía, sin embargo, desde un punto de vista narrativo esto hace que la película pierda fuerza y se convierta en un proyecto con una idea base atractiva, el cual en ningún momento llega a convertirse en un relato de calidad, quedándose corto en sus aspiraciones.
La mayor parte del tiempo en pantalla lo pasamos recorriendo un amor imposible, entre una mujer haitiana embarazada, de nombre Marie (interpretada por Cyndie Lundy), y su pareja dominicana, Frank. En realidad, el filme se preocupa por generar una atmósfera envolvente, donde nos prepara para lo que viene, donde Cabral toma la decisión de mostrar el evento de frente, sin cortes y con una crudeza visual sobrecogedora.
Vale la pena mencionar que los acabados del diseño de producción y la representación de las costumbres de la época están bien logradas, sobre todo cuando las tradiciones y el folclore se adueñan de la pantalla. La banda sonora por otro lado fuerza demasiado la lágrima de la audiencia, al sentirse hiper dramática en los momentos duros y restarle seriedad a la crueldad de las imágenes.
Para entender el presente, es necesario conocer y valorar el pasado. Parece mentira, pero hasta la fecha, dentro de República Dominicana, existen agrupaciones que afirman que este holocausto, que costó la vida de casi 30 000 personas, no sucedió, pese a las cicatrices abiertas que dejó en la historia de estos dos pueblos. La película nos sitúa en un micro ambiente de todo el conflicto, aunque como propuesta cinematográfica, sea un filme fallido.
Como ya se mencionó, es valioso cuando, dentro de Latinoamérica, se utiliza la plataforma del cine independiente para concientizar sobre atrocidades políticas del siglo XX, aunque en este caso, “Perejil” es una obra limitada que no logra focalizar de manera acertada su crítica social, al perder la perspectiva y el norte de la historia que quiere contar.