Pollitos en fuga: El origen de los nuggets | Review

Secuela del éxito del año 2000 que pese a no tener el mismo nivel y ser una historia muy formulada funciona correctamente especialmente en gran medida a sus chistes muy bien agregados.
Pollitos en Fuga: El origen de los Nuggets (2023)
Puntuación: ★★★
Dirección: Sam Fell
Voces: Thandiwe Newton, Bella Ramsey, Lynn Ferguson, Daniel Mays, Peter Serafinowicz, Zachary Levi, Imelda Staunton, David Bradley y Miranda Richardson
Disponible en Netflix

A inicios de los años dos mil, el estudio Aardman Animations tuvo un éxito de taquilla internacional con la muy querida película en stop-motion Pollitos en Fuga, un filme que al día de hoy sigue siendo una de las grandes películas animadas de la historia, tanto por el tipo de obra que era, como por su nivel de animación que desafiaba a lo que se estaba viendo en esos días. Ahora unos veinte años después llega la secuela, que mezcla stop motion con animación por ordenador en el nuevo y elegante estilo hacia el que Aardman avanzó con el paso del tiempo. 

Esta continuación está coescrita por Karey Kirkpatrick, John O’Farrell y Rachel Tunnard y dirigida por Sam Fell, juega con varios guiños atrevidos a El Rey León o Toy Story 3; es dulce y agradable, y se sostiene por unos cuantos chistes espectaculares, pero inevitablemente cae en una historia un tanto genérica que ya hemos visto en muchas ocasiones tanto en el cine como en la televisión. 

La cinta inicia exactamente donde terminó la primera película; aquí tenemos a todas las gallinas que escaparon de la granja para vivir en una pequeñita isla donde habitan plácidamente y contentas en lo que parece ser una comunidad de gallinas rural edénica y autónoma: Ginger y Rocky ahora tienen una hija adolescente, Molly, que es inquieta y rebelde (cualidades que Ginger, con inquietud, se da cuenta de que Molly ha heredado de ella) y, como Simba o Moana, quiere saber qué sucede o como es el mundo fuera de la isla donde habitan. 

El interés de Molly la lleva a ponerle el ojo a un terreno lejano donde parece ser una empresa de aspecto atractivo que tiene algo que ver con las gallinas. Imprudentemente, desafía las órdenes de sus padres, sale a explorar y termina haciéndose amiga de Frizzle, una gallina chispeante que convence a Molly para que se infiltre en esta empresa con ella porque cree que se ve muy bien. Bueno, lo que sigue es lógico y predecible. Al llegar se encuentran en un extraño mundo de vacaciones para gallinas bajo una cúpula de color cielo donde todos tienen una sonrisa vacía e hipnotizada.

Y como dijimos la cinta camina por terrenos bastante predecibles, la villana de la primera entrega regresa: la Sra. Tweedy, quien tiene un plan espeluznante para someter a las gallinas a una felicidad lobotomizada porque las gallinas aterrorizadas a punto de morir se aprietan y tensan la carne. Ginger, Rocky y sus amigos tienen que irrumpir en esta granja de pollos y llevar a cabo un atrevido rescate antes de que su hija se convierta en un cubo de nuggets.

Pollitos en Fuga 2, es un filme entretenido, pero carece de la chispa y la crítica de su primera parte, y su historia ya se siente vista una y otra vez. En otras palabras es un filme de los que se puede decir que salió de un algoritmo, que visualmente es impresionante, sus acabados y la forma en que se mueven las figuras es una maravilla.

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