Richard Gere, Diane Keaton, William H. Macy y Susan Sarandon se juntan en una comedia que apuntan a una variedad de temas interesantes, pero termina en una comedia un tanto fallida.
Quizás para siempre (2023)
Puntuación: ★★½
Dirección: Michael Jacobs
Reparto: Emma Roberts, Luke Bracey, Richard Gere, Susan Sarandon, Diane Keaton y William H. Macy
Disponible: Estreno en cines
Michael Jacobs debuta en el largometraje con Quizás para Siempre, una comedia romántica sobre el matrimonio y las relaciones entrelazadas entre tres parejas o, más exactamente, los acoplamientos. Al principio, las historias parecen desconectadas, pero por supuesto que lo están y es algo que se ve venir desde el inicio. Así que su estructura es muy simple y menos atractiva.
Quizás para Siempre abre muy bien con una secuencia en blanco y negro, que rápidamente se revela como una película dentro de una película. Sam (William H. Macy) está llorando en voz alta por lo que parece ser una película falsa de Bergman; su angustia llama la atención de Grace (Diane Keaton), un alma empática, situación que termina en un motel, pero solo hablando y conectando. A pesar de la falta de consumación carnal, Grace esconde su anillo de bodas en la habitación del hotel, un asunto que nunca se resuelve por completo.
Por otro lado tenemos a Howard (Richard Gere), que está en un hotel de lujo, poniendo fin a una relación de cuatro meses con la extravagante y exigente Mónica (Susan Sarandon); entre todo eso conocemos a Allen (Luke Bracey) y Michelle (Emma Roberts), ellos están en una boda de unos amigos. Cuando Allen se da cuenta de que Michelle tiene la solución para atrapar el ramo de novia, se asusta y busca la intercepción, humillando así a su novia, el mejor momento de la película.
El primer acto es ver estas dinámicas de estas parejas y entender un poco por están así, como son sus relaciones, esta primera parte es la más interesante ya la cinta busca explorar los temas sobre la sexualidad de una persona adulta mayor; lástima que la cinta camine hacia otro lado que es hacia la comedia de enredos y los clichés de películas de comedia románticas, pero al final la cinta nunca sabe que quiere ser entre esos dos tópicos.
Las primeras revelaciones pueden ser una sorpresa agradable, así que, para evitar spoilers, digamos que lo único que evitará que un espectador descubra el resto es la dependencia de la película en una cantidad increíble de coincidencias, que incluso el personaje de Macy intenta atribuirlo al destino, pero incluso el destino tiene mejores reglas y más estrictas que las del guión de Quizás para Siempre.
El humor de la película es tibio y escaso, lo suficientemente escaso como para que apenas cuente como una comedia romántica; llamémoslo un drama romántico, ya que la cinta se toma para darnos largos discursos sobre el amor, el compromiso, el romance y las responsabilidades de los padres hacia su hijo. Siendo sinceros, nada de esto es particularmente perspicaz o interesante.
El mayor problema aquí, literalmente no es la falta de humor de comedia romántica, es la poca construcción de los personajes y el mal desarrollo de los enredos; situación que lleva que los cuatro veteranos actores busquen sus armas para darle vida a un guión que no aporta nada, de Roberts y Bracey poco hay que decir, ya que son más inexpresivos que un maniquí.
Hay que terminar diciendo que lo mejor de la cinta es ver a estos viejos profesionales actuar en papeles románticos. Sarandon parece estar divirtiéndose al máximo; su Mónica es una fuerza implacable y obtiene todas las mejores líneas y se roba la película. Macy está más que correcto, en lo que siempre ha sido bueno. Keaton, tiene mucho menos con lo que trabajar pero incluso logra robarse algunos buenos momentos. Gere, logra darnos unos momentos divertidos y logra transmitir una buena química con sus colegas.