Sombras de un crimen | Review

Neil Jordan reúne a Liam Neeson, Diane Kruger y Jessica Lange para traer nuevamente al cine al detective privado más importante de la historia de Hollywood.
Sombras de un crimen (2022)
Puntuación: ★★½
Dirección: Neil Jordan
Reparto: Liam Neeson, Diane Kruger, Jessica Lange, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Alan Cumming, Danny Huston y Ian Hart
Disponible: Estreno en cines

Puede ser que muchos no recuerden el nombre de Marlowe, pero podemos decirles que es uno de los detectives que ha sido llevado a la pantalla grande en más ocasiones, y su última incursión en la pantalla, llega a manos de Neil Jordan. Basada en una de las varias reposiciones impresas autorizadas del personaje, ‘The Black-Eyed Blonde’ de John Banville de 2014, la película de Jordan saca a relucir algunos tropos temáticos y estilísticos familiares del cine noir, pero más allá de sus toques autorreflexivos y un sabor claramente irlandés, la película realmente no aporta nada nuevo al personaje, desde su última vista en The Long Goodbye de Robert Altman de 1973.

Esta versión, que carece tanto de encanto como de complejidad, y su única basa en su atractivo protagonista interpretado por Liam Neeson, además de su elenco que lo componen Danny Huston, Alan Cumming, Diane Kruger y Jessica Lange, por lo cual la cinta tiene un cierto aire elegante y retronoir, pero toda esa magia que intenta proyectar no logra ser lo suficientemente atractivo.

La trama ocurre en Los Ángeles de 1939, el año en que Chandler publicó su primera novela sobre Marlowe, ‘The Big Sleep’. Como es habitual, el filme inicia con la tradicional visita a la oficina del investigador de una dama misteriosa llamada Clare Cavendish (Diane Kruger), una mujer casada y adinerada que quiere que Marlowe localice a su amante desaparecido, una figura del cine de poca monta y a tiempo completo Lothario llamado Nico Peterson. Parece que Peterson ha sido atropellado y asesinado a las afueras de un Club elegante con atracciones nocturnas no tan elegantes. 

Lo que sigue el típico juego del gato y el ratón, que van desde interrogatorios al gerente del club, Floyd Hanson (un Danny Huston curiosamente amenazante). Como era de esperar, resulta que Peterson no está realmente muerto, sino que realiza algunos negocios turbios en México, entonces, ¿quién y qué está detrás de la muerte falsa? Marlowe investiga el turbio pozo de corrupción, con la ayuda de sus amigos policías Joe Green (Ian Hart) y la creación original de Chandler, Bernie Ohls (Colm Meaney). Todo eso, mientras juega diferentes roles con la madre de Clare, Dorothy Quincannon (Lange), una antigua diosa del cine mudo, y como es obvio en este tipo de cine, tenemos al mafioso de turno llamado Lou Hendricks Alan Cumming.

Con algunos chistes terriblemente incongruentes sobre los famosos MacGuffins de la pantalla, el guion de Jordan y William Monahan ( The Departed de Scorsese, The Tender Bar ) no se siente lo suficientemente tortuoso en su trama o lo suficientemente fresco en la reinvención de su héroe o su mundo de Los Ángeles. Los roles, y eventuales destinos, de Clare o del chófer negro de Hendricks que son cliches y por ende predecibles, siendo ese el gran de error principal de un filme sobre investigación y misterio. 

Las actuaciones son correctas, especialmente de Cumming o la majestuosa Lange, que impone presencia cada vez que la vemos en pantalla. Neeson, aunque quizás el Marlowes de la pantalla con menos humor, mezcla sin embargo el arrepentimiento del mundo con la dureza monolítica para lograr un efecto imponente. El director de fotografía Xavi Jiménez y el diseñador John Beard pusieron todos los toques de noir apropiados (letreros de neón debidamente reflejados en charcos de lluvia), pero por alguna extraña razón nada de eso brilla aquí.

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