Un thriller lento desarrollado dentro de un hospital estadounidense es la más reciente producción de Tobias Lindholm, salvado gracias a las actuaciones de Jessica Chastain y Eddie Redmayne.
El Ángel de la muerte (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: Tobias Lindholm
Reparto: Jessica Chastain, Eddie Redmayne, Nnamdi Asomugha, Kim Dickens, Noah Emmerich, Ajay Naidu y Devyn McDowell
Disponible: Netflix
Tobias Lindholm es un prolífico guionista nacido en Dinamarca, conocido por participar en producciones como The Hunt y Another Round de Thomas Vinterberg o la aclamada serie política Borgen. Como director, su carrera ha sido un poco menos exitosa al encabezar R (2010), A War (2015) y The Good Nurse, estrenada en el Festival Internacional de Toronto del presente año con un suceso positivo.
Sin entrar en ningún tipo de spoilers, la historia de la película en cuestión gira al rededor de Amy (Chastain), una enfermera de la UCI, sobrecargada de trabajo, que se apoya en su nuevo compañero de profesión (Redmayne), tanto en el trabajo como en vida personal, hasta que la inesperada muerte de una paciente hace que se creen interrogantes .Partiendo de esta premisa, el personaje de Amy sigue el típico de arco de heroína que lucha contra el sistema, pese a los riesgos laborales que esto puede suponer para ella, al mejor estilo Erin Brockovich.
Por desgracia, no pasa mucho bajo la superficie en The Good Nurse, la mayoría de eventos quedan claros ya sea gracias a diálogos explicativos o a imágenes poco sutiles, las cuales se traen abajo el suspenso buscado en el guion, por lo que, pese a que por momentos se consigue crear un relato serio, la falta de consistencia en la ejecución, sumado a la cantidad de cabos sueltos e información dispersa no permiten que el filme alcance todo su potencial narrativo. La atención del espectador es captada en su primer acto gracias a las relaciones interpersonales de los involucrados y el ambiente, aunque conforme la película se mueve esta va siendo menos llamativa.
Merece una mención aparte la entrega del talentoso mano a mano compuesto por Jessica Chastain y Eddie Redmayne , ganadores del Óscar en años recientes, quienes elevan el nivel de la película gracias a interpretaciones que rozan la excelencia. Es refrescante que dos nombres tan conocidos dentro de la industria encarnen roles más callados, donde la discreción y la sutileza deben ser sus principales armas para convencer sin caer en intercambios monótonos, triunfando con los recursos que disponen.
La inspiración de Tobias Lindholm en la dirección va desde los dramas detectivescos de David Fincher como Seven, Zodiac y Gone Girl hasta noirs de maestros como Fritz Lang o Park Chan-Wook, cuyas películas se van desenvolviendo mientras sus personajes son empujados hacia una oscuridad moral desconocida para el espectador. En este aspecto, The Good Nurse hace bien las cosas al tener un norte y no requerir de intercambios de bala, explosiones o discusiones exageradas para avanzar hacia su desenlace.
La obra no destaca en su apartado técnico, aunque la fotografía es consistente, haciéndole justicia al tono del relato, sus personajes lucen extenuados dentro y fuera del trabajo, los escenarios son lúgubres y la paleta de colores se centra en mostrar tonos grises apagados, que refuerzan con efectividad la sensación de desamparo experimentada dentro de los pasillos del hospital, parece que a nadie le importa lo que esté sucediendo pese a lo alarmante que algunas escenas puedan resultar. Este recurso de utilizar baja iluminación y hacer que los personajes dialoguen casi susurrando con el objetivo de enfatizar en la seriedad o importancia del filme es conocido y sobre utilizado, en este caso jugándole una mala pasada.
Adentrándonos más en la trama del relato, como ya mencionamos ciertos aspectos quedan a deber por su falta de profundidad: existe un drama familiar inacabado, una investigación policial acelerada, una crítica al sistema hospitalario y su negligencia sumado a un subtema de aparente relevancia al inicio que pierde peso según la película avanza, referente a una cardiopatía que sufre la protagonista, la cual supone un riesgo para su salud y el bienestar económico de las personales que le rodean.
Siendo un filme que se presenta como denso desde su concepción, el tempo narrativo es confuso, no porque apueste por desarrollarse a fuego lento, sino porque las revelaciones trascendentales y el tercer acto necesitaban unas dosis de intensidad mayores para que el mensaje central calara con más éxito, a pesar de basarse en una historia real terrorífica no es hasta el final que se dimensiona el alcance de los crímenes cometidos.
En resumidas cuentas, The Good Nurse es un thriller de misterio que salvo unas sólidas interpretaciones y algunos comentarios inteligentes sobre el estado de nuestra sociedad, no ofrece algo novedoso o realmente destacable dentro del género en el que se mueve, sufriendo por clichés y secuencias ya conocidas. Pese a esto, su visionado dentro de la plataforma de Netflix se antoja sencillo y disfrutable según las expectativas con las que cada uno afronte la película.