Un blanco fácil | Review

Lo nuevo de Jean-Paul Salomé es sobre la denunciante sindical y sobreviviente de violación Maureen Kearney, acusada de inventar su asalto. 
FCE2023 | Un Blanco Fácil (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: Jean-Paul Salomé
Reparto: Isabelle Huppert, Gregory Gadebois, Francois-Xavier Demaison, Pierre Deladonchamps, Alexandra Maria Lara y Marina Fois

Hay palabras que resuenan al oído y se quedan en la memoria repitiéndose una y otra vez, y es así como la frase “Mi nombre es Maureen Kearney, yo no mentí y yo no inventé nada” se te queda dando vueltas al salir de la sala cine, y es por una simple razón, es en la forma, en que la impresionante actuación de Isabelle Huppert la repite en un momento clave de la película, una frase que viaja con el espectador al comprender la injusticia que tuvo que vivir el personaje de Maureen Kearney cuando alzó la voz para denunciar una violación hacia su persona, y el cuerpo de investigadores no fueron capaces de resolver el crimen y simplemente la acusaron de mentir y fingir su propia violación. 

Este drama francés recrea el injusto caso basado en hechos reales de la denunciante y sobreviviente de violación Maureen Kearney, quien durante cuatro años vivió con antecedentes penales: falsamente condenada por hacerle perder el tiempo a la policía, acusada de inventar su violación. El filme se construye como un thriller político que cuenta la historia con naturalidad, y quizás le falta un poco de ritmo. Pero Isabelle Huppert lo lleva con una actuación tan apasionante que bien puede ser una de las mejores de su carrera. 

Adaptada del libro de la periodista de investigación Caroline Michel-Aguirre, el filme está construido como si fueran dos películas, una que comienza observando la denuncia política de Kearney como una poderosa dirigente sindical que lucha por los empleos de 50.000 personas que están a cargo de la ingeniería nuclear Areva y que un nuevo cambio en la gerencia de la empresa trae consigo varios cambios que afectarán a todas esas personas, por lo cual, Kearney se convierte en un obstáculo para las nuevas reformas de la empresa, que a su vez la mujer recibe unos documentos sobre unos planes de negocio secretos que se están moviendo con el gobierno de China. 

Lo comentado ocurre en los primeros cuarenta minutos, donde el filme se enfoca en construir toda una intriga política llena de conversaciones y nombres de altos políticos franceses, incluso vemos como Maureen Kearney empieza a recibir llamadas, amenazas y cosas así, hasta que una mañana la mujer es atacada en su casa, donde la atan a una silla, le marcan en el abdomen una letra “A” y la agreden sexualmente. Pero, la forma en que Maureen reacciona a su ataque, la policía no la ve como una típica víctima y empiezan a cuestionar su historia, incluso los policías indican que la forma en ella cuenta los eventos se sienten ensayado, y es toda esa maraña que ritmo y tono del filme cambia drásticamente, y el thriller político que venía construyendo se deja botado y la cinta cambia a hacer una denuncia social a modo de #MeToo, sobre el caso de Kearney.

Inevitablemente, la forma en que Huppert expresa sus emociones a la hora de contar la violación que sufrió se nos puede venir a la mente la forma en que la actriz construyó su personaje en Elle de Paul Verhoeven, ya que la actriz vuelve a mostrar toda su templanza a la hora de retratar a una mujer tanto poderosa como fascinante, y en como afronta un evento traumatizante. Un Blanco Fácil, es un filme que se pierde en lo que quiere contar, pero se sostiene por una poderosa actuación de una leyenda como lo es Huppert.

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