Rebecca Hall hace un debut con la adaptación de la novela de Nella Larsen sobre una mujer que vive en el Harlem de la década de 1920. Ruth Negga es una roba escenas absoluta.
Claroscuro (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Nathalie Rebecca Hall
Reparto: Tessa Thompson, Ruth Negga, André Holland, Alexander Skarsgård y Bill Camp
Disponible: Netflix
Rebeca Hall deja claro que este 2021 es su año, primero la vimos hace unos meses en su faceta como actriz arrolladora en la fascinante The Night House, un inquietante cuento de horror psicológico sobre el duelo; ahora la británica incurre detrás de las cámaras con prometedor debut en una ambiciosa adaptación de la muy querida y estudiada novela de 1929 llamada Passing.
Con una fotografía nítida en blanco y negro con un aspecto de 4: 3 que invita al espectador a sentir como viven encerradas estas mujeres en sus propios mundos, nos encontramos con Irene (Tessa Thompson) un poco incómoda abriéndose camino a través de un barrio de Manhattan en la década de 1920 en su mayoría de blancos. Al encontrarse sedienta por el calor del día, se dirige al Hotel Drayton, donde se encuentra con la vibrante Clare (Ruth Negga), una vieja amiga del pasado.
Ambas mujeres son de “raza” mixta (piel clara), no se han visto en años, y aunque Clare está encantada con la reunión sorpresa, Irene, es más cautelosa, un instinto inicial que pronto se valida cuando tienen la oportunidad de hablar en privado en la suite de Clare. Clare le revela que se ha estado “pasando” por ser una mujer blanca, una decisión que la ayudó a ascender en la escala social y asegurar un marido rico (un odioso Alexander Skarsgård).
Hay un delicado empujón y tirón en su conversación inicial, ambas educadas y ambas tratando de evitar hacer críticas o juicios, pero cuando el esposo de Clare entra y se muestra a sí mismo como un vil racista, Irene se horroriza y se regresa a la seguridad de su casa en Harlem, donde vive con su esposo Brian y sus dos hijos, este es médico.
Clare es un intento de encontrar un sentido en su vida, decide ir a buscar a su vieja amiga, por un lado por tener una desesperada amistad, pero también guiada por la curiosidad por la vida a la que le dio la espalda y ha tratado de olvidar. Pero dicha llegada inesperada a la vida de Irene, su encuentro se siente seco.
La dinámica entre la pareja es dramáticamente ilimitada, una amistad incómoda y compleja; ambas mujeres de color intentan sobrevivir en un momento donde un país está en su contra (las constantes y horribles anécdotas de violencia racial de Brian en las noticias son ignoradas por Irene (quien no necesita ningún recordatorio del peligro que enfrenta su familia) de formas muy diferentes.
Hall siempre está buscando mostrar la incomodidad que sienten ambas mujeres, pero al mismo tiempo crea un ambiente seductor en los momentos en que solo están Clare e Irene; pero al mismo tiempo la seducción de Clare crea una envidia en la otra, debido en como está experimenta la vida o es el alma de las reuniones.
Sin embargo, por muy convincente y complicada que pueda ser esta tensa amistad, el guión de Hall en ocasiones no logra crear una conexión más profunda con estos personajes, es verdad que el tema que toca es por mucho interesante (una mujer birracial y muchas generaciones se han “pasado” por blancas”), pero falta una pasión aquí, un fuego que comienza ardiendo pero se apaga a medida que avanza la historia.
El ritmo lento y la sobriedad del hábil primer acto es delicado y permite que los momentos y los personajes respiren, pero pronto pierde fuerza a medida que el guión se asienta en una naturaleza ligeramente repetitiva, una laboriosidad que por momentos funciona (por lo general, implican un nuevo desaire), el desarrollo en la obsesión de Clare hacia Irene, siempre se siente como un juego al estilo de Hitchcock, pero hay algo en esa construcción que no termina de funcionar redondamente.
Thompson, hace un esfuerzo valiente aquí, como una mujer que lidia con sus emociones pero, por alguna razón la actriz o la forma en como se desarrolla atreves de los ojos de Hall no termina de tener fuerza. Mientras que Negga, por otro lado, se le permite robar escenas como la más sociable de la pareja y es astutamente buena en eso, una verdadera estrella, a su vez la actriz devora la pantalla, y su nominación al Oscar es bastante potente. La mujer que interpreta la actriz es enigmática y logra crear varios momentos seductores pero al mismo tiempo secretos.
En el apartado técnico se nota todo el cuidado, creando un ambiente elegante en todo momento, y la decisión de Hall de filmar en blanco y negro permite algunas tomas interesantes, dejando en claro que hay una mente detrás de todo, por lo cual este debut de Rebecca Hall luce prometedor.