El director Italiano Paolo Sorrentino vuelve a la pantalla grande con su obra más personal La Mano de Dios, pero antes impactó al mundo con La Grande Bellezza que le dio el Oscar.
Con la pronta llegada de la nueva película de Paolo Sorrentino en Netflix, La mano de Dios es un momento adecuado para revisitar filmografía del director o de ser el caso introducirse a la misma por ello; “La Grande Belleza” es un punto de partida a considerar pues la misma otorga una crítica asertiva a un sector de la sociedad y tiene el atrevimiento de plasmar una cuestión vital en el ser humano, la pregunta por el propósito.
Jep Gambardella es un periodista recordado por haber escrito una única novela y practica el periodismo, desde su personalidad desencantada nos muestra la vida de la alta sociedad en Roma con toda sus extravagancias y vicios. Estrenada en 2013 la película del director italiano, La Gran Belleza es una reflexión sobre aquellas dudas que surgen cuando nuestras necesidades básicas están solventadas.
En el filme podemos ver las visiones de la alta sociedad romana, en sus continuas y desenfrenadas celebraciones fruto de poseer los medios para satisfacer todos tipo de deseos por más irrisorios que sean. En medio de tan alocadas fiestas se acallan los lamentos y preocupaciones en lo recóndito de tan extravagantes seres.
En las puestas en escena vemos continua música y destellos parpadeantes para otorgar ese encanto ensordecedor de noches de desenfreno contrapuesto a la belleza atemporal de la ciudad de Roma.
Entre medio encontramos al protagonista Jep Gambardella, el cual nos lleva a recorrer las azoteas, clubs y fiestas más exclusivas. Este escritor frustrado, nos recuerda a otro icónico del cine italiano, Marcello Rubini de La Dolce Vita(1960), ambos acompañados siempre de los más acaudalados y distinguidos, la diferencia es la temporalidad pues Marcello lo hacía en los sesentas.
El trayecto de ambos es el de arrojarnos a una burguesía completamente desligada de los problemas del común, lo cierto es que Sorrentino no nos da una su versión particular de La Dolce Vitta, este nos da un tema distinto pero con un continuo diálogo con su predecesora.
Este hace eco de un tema reacio para muchos, del cual se huye tal cuál lo hacen los personajes del filme los cuales viven refugiados en una mística del continuo presente de apariencias y roles, el tema tratado entonces es el de la finalidad, el propósito y el quehacer propio de cada individuo.
La decadencia de esta burguesa y su continua degeneración son el trasfondo más latente en el filme, en la cual vemos a estos entes rehuir constantemente de sí mismos y limitarse a cumplir con un papel autoimpuesto olvidando su ser, funcionando entonces la continua parranda como método para calmar su angustia vital.
La película nos muestra frente al sinsentido de sus personajes un hedonismo exacerbado y una crítica feroz a las clases más acaudaladas. El mayor acierto es la respuesta de parte de nuestro protagonista que a través de su evolución empieza una búsqueda a reconducir su vida al empezar su segundo libro, aunque esta búsqueda resulte ilusoria e insatisfactoria para el mismo Jep.