Inmaculada | Review

Siguiendo con la fiebre de hacer películas de monjas terroríficas, ahora nos llega el turno de ver a la chica de moda de Hollywood Sydney Sweeney interpretar a una, algo que es difícil de imaginar viendo sus trabajos anteriores Euphoria, White Lotus, Reality, incluso dio un salto interesante cuando protagonizó la comedia romántica y éxito de taquilla Anyone but You, que también produjo. En busca de hacer otros trabajos, la chica se mete en el género del terror con Inmaculada, en la que interpreta a una monja que enfrenta oscuros horrores en un convento italiano.

Sweeney interpreta a la joven e impresionable hermana Cecilia, que llega a Italia con una profunda devoción, pero sin conocimientos del idioma (tampoco se esfuerza en aprenderlo). Esta se aventura en viajar desde Detroit, Michigan, a un convento de monjas enfermas y moribundas. Sobreviviente de un accidente infantil en el que cayó a través del hielo, cree que Dios la ha destinado a un plan mayor. El padre Tedeschi (Álvaro Morte), un fumador, no la disuade de ese optimismo.

Si algo tiene la cinta es que no da vueltas a la trama, y rápidamente nos coloca en el punto, la hermana Cecilia, virgen, descubre que está embarazada de una concepción inmaculada. Es un milagro hasta que se convierte en una pesadilla. Hay graves secretos acechando en la pintoresca iglesia conocida por poseer una púa de la crucifixión de Jesús. Los pacientes potencialmente peligrosos suelen deambular por los pasillos por la noche. Misteriosas monjas envueltas en máscaras rojas aparecen desde las sombras. La severa hermana Isabelle (Giulia Heathfield Di Renzi) es una mujer fría y estricta, demasiado devota de sus votos. La madre superiora (Dora Romano) lleva un expediente rojo sospechoso con la foto de la hermana Cecilia. A la hermana Cecilia le basta con cuestionar su autoridad, especialmente cuando el padre interpretado por Morte y los demás hombres de la iglesia le advierten de que no visite un hospital. 

La cinta pese a su propuesta interesante no deja de ser predecible, especialmente debido a que ya hemos visto casi la misma trama en otras películas como The First Omen, o Hermana muerte; por lo que Inmaculada se puede decir que llega muy tarde, especialmente si la comparamos con la primera mencionada. Además que cargada de jumpscares intrascendentes que juegan con el espectador haciendo creer que algo sobrenatural, cuando la historia no va por ese camino, si no por algo humano, lo que hace que el guion deja mucho que desear. Eso sin mencionar él poco o nulo desarrollo de los personajes. 

Tampoco la cinta desarrolla muy bien los misterios ¿Quiénes son esas monjas espeluznantes que caminan con máscaras rojas y por qué están así? Ni siquiera estamos seguros de en qué década se desarrolla la historia. El guion a medias de Lobel preferiría no dar esas respuestas básicas. La película en general preferiría imitar la música de terror de los años 70 y confiar en sustos más bajos que crear personajes memorables.  

Creo que lo mejor que podemos destacar es la edición contundente, y que sabe construir una muy buena atmósfera que aporta tensión y va acorde al tono del filme. 

Sobra decir que los temas de la película son los que atrajeron a Sweeney al proyecto. Esta historia trata sobre el derecho de la mujer a elegir y las formas en que la iglesia a menudo les ha quitado esa libertad. El patriarcado del catolicismo lleva a cabo estos edictos moralmente defectuosos, y otras mujeres, en forma de monjas, lo apoyan. Como dice la compañera de cuarto de la hermana Cecilia: “Sé cuando un hombre me miente”. Desafortunadamente, Mohan no supera esa observación básica, el guion queda en esa superficie, y todo termina recayendo en el trabajo de la actriz, que apenas logra sostener.