Después de quince películas, una de las etapas más complicadas y polémicas de la marca DC llega a su fin. Jason Momoa vuelve como Arthur Curry en Aquaman y el Reino Perdido, en un filme que no aterriza nada y se despide por la puerta de atrás.
Aquaman y el Reino Perdido (2023)
Puntuación: ★
Dirección: James Wan
Reparto: Jason Momoa, Patrick Wilson, Yahya Abdul-Mateen II, Amber Heard, Randall Park, Dolph Lundgren y Nicole Kidman
Disponible: Estreno en cines
Otro problema con el que carga la cinta es su polémico desarrollo marcado por los cientos de cambios, retrasos y reshoots: escenas nuevas grabadas meses después del rodaje debido a cambios propuestos por los diferentes ejecutivos que ha tenido la compañía, entre ellos las entradas y salidas de los Batman (Ben Affleck y el de Michael Keaton) que por alguna razón alguien pensó que iba ser interesante tener al héroe en la trama, detalle que al final se descartó y todo quedó enmarcado en los grandes titulares de las revistas de Hollywood. Pero esos montones de cortes y reshoots quedan evidentes en el corte final que vemos en los cines, hay grandes cortes abruptos entre escena y escena, algunos personajes aparecen y desaparecen sin sentido, la paleta de colores y los tonos cambian repentinamente, ni hablar del ritmo, ya que se tambalea entre acto y acto.
Y como último clavo del ataúd, está el caso de Amber Heard. La actriz carga con la polémica de ser vapuleada en redes sociales debido al mediático juicio entre ella y su expareja Johnny Depp; un juicio que se convirtió en chiste y llevó a que la imagen de Herad quedará dañada, y los fans tóxicos de Depp exigieran que sacaran a la actriz del filme como había ocurrido con el actor en Animales fantásticos; como resultado eso no ocurrió, Heard sale en filme, pero sale de una forma abrupta y casi humillante, su personaje está, pero no está al mismo tiempo, la actriz parece estar continuamente desubicada o solo puesta como adorno recitando sus líneas en un limbo que no calza con la escena en cuestión. Es realmente vergonzoso que Wan y Warner se prestaran para semejante bochorno, era mejor darle un par de escenas y listo, ya que eso fue lo que hicieron con el personaje de Kidman, que solo sale en unas cuantas escenas y desaparece de la trama, sin sentido ni desarrollo.
Aquaman y el reino perdido padece de los mismos (o incluso peores) problemas de este tipo de películas sobre superhéroes: aquí todo es un caos narrativo, está sobrecarga de efectos visuales que solo sirven para tapar los huecos argumentales, lo que lleva a que sus efectos digitales terminen siendo un caos digital. Por otro lado, está cargada de gags, diálogos y conflictos sin demasiada gracia o audacia, los chistes son forzados, entendiendo que el humor es subjetivo para cada persona.
Para rematar toda la cinta es “testosterónica”, aquí lo único que importa son los personajes masculinos, todos son omnipresentes y básicos, es una película para los “BROS”, los personajes femeninos han sido reducidos, humillados y cortados descaradamente. El villano, si se le puede decir así es Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), tampoco tiene demasiados matices o facetas, sigue en la misma línea que la primera, su motivo es vengar la muerte de su padre, así que su desarrollo también es cero.
Por último cabe mencionar la escena post-crédito, una que está hecha con varias intenciones que se puede leer con varias lecturas, pero ni ese chiste efímero salva este circo. Aquaman y el reino perdido es una despedida sin pena y sin gloria.