El rapto | Review

Basada en la novela El salto de papá, de Martín Sivak, la cineasta Daniela Goggi crea un filme que habla sobre la fragilidad de la política de Argentina luego del final de la dictadura en los años ochenta durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
El Rapto (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Daniela Goggi
Reparto: Rodrigo de la Serna, Julieta Zylberberg, Andrea Garrote, Jorge Marrale y Germán Palacios
Disponible: Paramount Plus 

La cinta de Daniela Goggi nos sitúa desde el primer momento en el año de 1983, cuando Julio Levy (Rodrigo de la Serna) y su familia regresan del exilio para reiniciar una vida en Argentina tras la caída de la dictadura y el país se abre a la democracia. El plan es que Julio ocupe un lugar junto a su hermano Miguel (Germán Palacios) en el adinerado negocio familiar. Pero todo se complica cuando Miguel es secuestrado y Julio se encuentra fuera de su alcance, manejando las negociaciones del rescate sin tener idea de en quién puede confiar, si es que hay alguien.

Adaptada de las memorias El Salto de Papá de Martín Sivak, la película busca profundizar en las complejidades de un país en medio de una transición política, una que todavía camina en delgadas líneas llenas de corrupción y tiranía. El Rapto es un drama sobrio, con una trama densa que sufre por momentos al tener un ritmo lento y sofocante, debido a que en gran parte se desarrolla en habitaciones grises, donde se hacen tratos encubiertos o los personajes buscan encontrar una solución en sus pensamientos. 

La primera escena que vemos de la cinta es en el avión de Madrid a Buenos Aires, donde vemos un ambiente festivo y desenfadado. La esposa de Julio, Silvia (Julieta Zylberberg), intercambia historias de exilio con extraños, y un estallido de aplausos espontáneos saludan el anuncio del capitán dando la bienvenida a los pasajeros de regreso a Argentina. De vuelta en el corazón de la familia, las celebraciones se construyen con vino y canciones, toda una atmósfera de júbilo que dura poco, ya que después de la primera reunión con la junta directiva en el negocio familiar, meten a Miguel en un automóvil con una bolsa en la cabeza y una pistola en la espalda.

Julio actúa con rapidez siguiendo al pie de la letra las instrucciones de los secuestradores, esto lo hace depositando el dinero de rescate. Pero Miguel no es liberado. El día 45, Julio, junto con la esposa de su hermano, Alicia (Andrea Garrote, quien también coescribió el guion con Goggi), hace una petición al presidente, quien se muestra amablemente comprensivo y entrega el caso a su jefe de seguridad. En este punto las cosas se empiezan a poner mucho más complicadas y costosas para la familia, ya que las personas del gobierno empiezan a jugar con el sufrimiento de la familia, pero al mismo tiempo vemos como la familia utiliza su poder y dinero para pedir favores al nuevo gobierno. 

Goggi construye con mucho detalle las vías de la corrupción cada vez más laberíntica en un gobierno que todavía protege a algunos de los peores infractores de la junta militar, el régimen supuestamente derrocado. Todo este segundo acto es más que fascinante y sin dudas es lo mejor del filme, ya que uno como espectador puede sentir la tensión que vive los personajes ante la impotencia. Pero, el filme en su tercer acto se aleja abruptamente de esa línea narrativa y se va para un camino totalmente diferente, uno que se va las vías económicas, ya que la trama se asienta en los conflictos financieros de la empresa.  

Sin dudas lo mejor del filme es la brillante actuación de Rodrigo de la Serna; el actor logra captar todas las emociones y fragilidades de Julio, uno que está confundido y estresado por la desaparición de su hermano. Sin dudas el actor da la cara por todo el proyecto y es él quien sostiene al filme en los bajones de ritmo y el cambio de narrativa en el acto final.

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