Golda | Review

Helen Mirren interpreta a la primera ministra israelí durante los tensos días de la guerra de Yom Kippur en 1973.
Golda (2023)
Puntuación: ★★★
Dirección: Guy Nattiv
Reparto: Helen Mirren, Liev Schreiber, Camille Cottin, Ellie Piercy, Rami Heuberger, Lior Ashkenazi y Ed Stoppard
Disponible: VOD Google Play

Helen Mirren es una leyenda del cine, su figura ha estado por varias décadas en nuestras pantallas y su presencia en siempre es llamativa e incluso imponente, especialmente cuando ella es la figura central de la película. A lo largo de su carrera ha hecho casi de todo, y este año la vemos interpretar un nuevo reto, aparte del de cargar muchas prótesis y pelucas como la política israelí Golda Meir; pero, en Golda, el director Guy Nattiv y el escritor Nicholas Martin no están al nivel del compromiso de la actriz, ella aguanta todo ese proceso, pero el guion no le ayuda a brillar más. 

Está nueva película sobre Golda Meir, nos lleva al tiempo en que la líder de Israel afrontó la guerra de Yom Kippur en 1973. En esa época, Meir era la primera ministra interina del estado de Israel, estado recién creado a finales de la segunda guerra mundial; y se nos muestra como una fumadora empedernida y una mujer tensa, siempre rodeada de sus generales de gabinete durante el transcurso del conflicto. 

La cinta explora bastante bien esos días de tensión, nos muestra como Meir fumaba cigarrillos interminables teniendo ceniceros repletos, leyendo mapas mientras alza sus cejas peludas y mueve sus zapatos ortopédicos… pero ¿quién era Golda Meir?, lo lógico sería decir que fue la líder del país mencionado, pero fuera de esa idea, el guion evita a toda costa en retratarla como ser humano, se desvía de su política y reproduce la guerra desde la perspectiva de su gabinete militar, detalle que se aprecia, pero no es suficiente para comprender el impacto de esta mujer.

Golda

Golda no es realmente una película sobre Golda Meir, simplemente utiliza su figura para construir una crisis política en particular, cuyo desarrollo pareciera que solo está dirigido para los israelíes que conocen la época, sus desencadenantes y su resultado. Este punto es el más grave de la cinta, ya que nunca contextualiza lo suficiente para el espectador casual que, dado que ha pasado medio siglo desde que ocurrieron estos eventos, muchos no saben que fue lo que ocurrió y mucho menos quién fue está mujer. 

La cinta como tiene que ubicar al espectador un poco, utiliza el tropo de que Meir tiene que testificar sobre su participación en ella ante la posterior Comisión Agranat. Es en ese punto donde vemos al personaje mirar hacia atrás; pero no en la vida excepcionalmente interesante y políticamente motivada que la llevó de Kiev a Milwaukee, para luego llegar kibutz en Israel (donde en realidad tuvo dos hijos, a pesar de que la película la describe completamente sola) y se convirtió en una de las firmantes de la Declaración de la Independencia de Israel. La película se centra únicamente en los eventos de la guerra de Yom Kippur en 1973, y realmente inicia cuando el ministro de Defensa, Moshe Dayan (Rami Heuberger), le dice que la guerra era poco probable que pasara, a pesar de que las fuerzas sirias se estaban concentrando en los Altos del Golán; este error de Meir le provoca varios conflictos emocionales a lo largo de la guerra. 

A lo largo de la película vemos a Golda caminar desde el gabinete de guerra hasta su apartamento, o al interior de un hospital donde recibe un tratamiento en secreto para un linfoma a medida que avanza la invasión de Siria y Egipto. Son casi todos interiores, todos llenos de humo, que ayudan a darle forma a los colores grises y sombríos que carga el filme, que se puede entender que el director quería transmitir el calor seco del territorio desértico por el que se luchaba.

La cinta evita construir personajes como Dayan, o Dado Elazhar (Lior Ashkenazi), o el resto de su gabinete exclusivamente masculino, o incluso en como Golda Meir llegó a tener una relación tan amistosa con el secretario de los Estados Unidos, Henry Kissinger (Liev Schreiber). También es muy esquemática la forma en que narra la idea de la posible pérdida de vidas israelíes, aspecto que está dibujado con la pérdida del hijo de una taquígrafa. 

Lo mejor del filme luego de Mirren, es la forma en que Guy Nattiv transmite la tensión de los eventos y marca los elementos que convirtieron a Golda Meir en el tipo de mujer que podía enfrentarse a los grupos de hombres que querían el poder. 

Lástima que el filme tampoco aborda la figura controvertida de Meir en Israel, ya que para muchos fue una líder, pero también es la misma persona que supuestamente dijo que no existe el pueblo palestino.

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