Jeff Darling crea un filme que logra tener ciertos momentos interesantes, pero nunca encuentra un tono estable, y se desvía en algunas subtramas que no aportan nada al desarrollo de lo que quiere contar. Las dos actuaciones del dúo son tediosas y hay cero química.
He Went That Way (2023)
Puntuación: ★½
Dirección: Jeff Darling
Reparto: Jacob Elordi, Zachary Quinto, Patrick J. Adams, Alexandra Doke y John Lee Ames
Disponible: VOD Google Play
Dejando a un lado las manipulaciones emocionales y los conceptos sobre las malas relaciones, He Went That Way es una película tiene muy poco sentido y apenas se las arregla con su entretenida premisa, donde Zachary Quinto interpreta al famoso cuidador de animales Jim Goodwin, que viaja por todo los Estados Unidos hasta Chicago con su preciado cargamento, el famoso chimpancé de la televisión Spanky. Durante un viaje, recoge en la autoestopista a Bobby Falls (Jacob Elordi), quien tiene la misión de reunirse con su novia en Michigan para demostrar que ha hecho grandes cosas con su vida desde su ruptura. Resulta que Bobby también es un asesino en serie, de esos que disfrutan atormentando brevemente a sus víctimas justo antes de quitarles la vida.
Por supuesto, en algún lugar muy profundo dentro de Bobby hay algo de compasión esperando ser desatada cuando aparece la persona adecuada. Al menos eso es lo que se supone que debemos creer en He Went That Way, que está basada en un hecho real. En 1964, el asesino en serie Larry Lee Ranes aparentemente siente simpatía por uno de sus cautivos durante un viaje de tres días a través de los Estados Unidos. La película se desarrolla durante la guerra de Vietnam, y la humanidad estaba en su punto más bajo, lo que el guion deja claro desde el principio, además que hay unas cuantas libertades creativas muy obvias en la trama que hacen que todavía la historia se sienta menos creíble. El problema del guion, es que intenta abarcar demasiado, y llega a un momento donde comienza a sentirse como una plétora de ideas aleatorias reunidas con la esperanza de que salga algo coherente, pero nunca termina de aterrizar.
Para empeorar las cosas, Quinto y Elordi simplemente no están en el mismo campo de actuación; no hay química ni nada. Mientras sus personajes bailaban entre sí en un juego al gato y el ratón, Quinto intenta ofrecer algunos momentos genuinos que intente conectar con el espectador, pero el cero carisma de Elordi aquí no termina de ayudar. Se podría culpar al guion por tal desequilibrio en las actuaciones, pero este material quizás esté más allá de las capacidades de este último.
El otro problema aquí es su tono, uno que cambia en cualquier momento, lo que a menudo deja entrever pequeños destellos de que había un material potente para crear una excelente película. Pero la trama siempre se intenta vender como una historia de un supuesto bromance que nunca llega funcionar por su construcción y por la nula química de sus actores, detalles que afectan la idea de que incluso las mentes más psicóticas pueden cambiar cuando se logra crear conexiones humanas, lo cual puede ser bastante desagradable, y ahí es donde la película va hacia al abismo.
La película es una oportunidad perdida para discutir temas como la salud mental (especialmente para la época), si no que tampoco muestra las consecuencias de algunas acciones bastante cuestionables. Dejando a un lado las manipulaciones emocionales y las malas decisiones de la dirección, He Went That Way es una película que tiene muy poco sentido y apenas se las arregla para ser entretenida.