Hotel Coppelia es una película dominicana, que busca hablar sobre el papel de las mujeres durante la Revolución del 65 en aquel país.
Hotel Coppelia (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: José María Cabral
Reparto: Lumi Lizardo, Nashla Bogaert, Jazz Vilá, Nick Searcy, Antonio Melenciano y Jan Kutrzeba,
Disponible: Estreno en cines
Durante años el cine ha sido una plataforma para retratar eventos históricos que han marcado a la sociedad indiferentemente el país que sea, por lo cual no es extraño mostrar películas en planes de estudios con fines educativos; aparte de eso, este tipo de películas ayudan a contar hechos y al mismo tiempo educan a las personas que no conocían dichas sucesos. Empiezo mencionando esto ya que Hotel Coppelia, es un proyecto que cumple en ese concepto: es un drama histórico que cuenta los hechos ocurridos en 1965 en República Dominicana.
El cineasta José María Cabral cuenta un hecho importante de su país natal, como es la revolución de la década de 1960 y la lucha contra el imperialismo estadounidense. Pero en lugar de enfocarse directamente en los rebeldes, dirige su mirada a un grupo de personas que estuvieron presente en dicha época, pero que en muy pocas ocasiones se mencionan, en este caso la obra se plasma desde las vivencias de varias mujeres.
EL filme se enfoca en los hechos ocurridos en un hotel frente al mar, que según por su ubicación era un punto de acceso importante para establecer centros de operación durante la revuelta y posteriormente por la invasión de los EE. UU.; además antes de la guerra este era un lugar de vida nocturna donde las mujeres y algún transformista vendía su cuerpo por placer.
El Hotel Coppelia está dirigido por la implacable Judith la dueña y madama del lugar (una tremenda Lumi Lizardo), quien tiene unas reglas estrictas para controlar todo lo que sucede en su recinto, eso implica tener a mecate corto a sus chicas. Pero su mundo es interrumpido cuando estalla la revolución de 1965, haciendo que varias de las mujeres que trabajan con ella se vayan y los clientes dejen de frecuentar el negocio; lo peor llega cuando los rebeldes toman el hotel como su base militar y Judith se ve obligada a negociar su estadía como dueña del edificio. La cosa se le complica mucho más debido a que el gobierno de los Estados Unidos se involucra en los acontecimientos del país, tomando el control de la revuelta y así se apoderan del hotel y Judith se niega a ser sacada con las chicas que le quedan y termina haciendo todo lo que sea necesario para mantener el control de su propiedad.
El filme abre con una escena de un aborto casero en una chica llamada Marie, constatando como entre todas estas mujeres tienen que confiar entre sí, lo cual dicha dinámica será clave para poder tomar decisiones o para sobrevivir en un mundo ocupado por los hombres. Judith no es cruel, simplemente le toca ser dura y firme para mantener el control del hotel y eso implica negociar con hombres que la quieren humillar o destruir.
Dentro de la variedad de personajes hay que destacar uno que es fundamental y es el hotel. Cabral coloca a la pieza arquitectónica como un peón más dentro de la historia, pieza fundamental ya que será la lucha de Judith para seguir dentro de este y para los rebeldes como para los estadounidenses un punto clave para tener el control de la guerrilla.
Pero el hotel también es una metáfora en como juegan los países, al inicio el Coppelia juega como neutral para no involucrarse en la guerra y lo que sucede después es un reflejo de los hechos que han vivido muchos países de Latinoamérica, los rebeldes lo invaden y a su gobernante lo único que puede hacer es negociar para encontrar la forma de vivir, lo cual se nota al inicio en la convivencia de las mujeres del lugar con los guerrilleros, eso se termina cuando estos son derrotados por los invasores del exterior.
Cabral siempre nos mantiene dentro del espacio limitado que ocupan Judith y sus chicas: el hotel, la calle y la playa de enfrente. Nunca vemos otras partes, y solo conocemos a los que vienen al hotel. Haciendo que el espectador solo pueda comprender lo que viven estas mujeres: ¿Qué haríamos en su posición? ¿Nos uniremos a la lucha, ofreceremos apoyo, acompañaremos a quien estuviera a cargo o haríamos lo que fuera necesario para sobrevivir, sin importar a quién ayudará o dañara? y es lo que terminan haciendo, principalmente por las circunstancias; Beti, Marie y Gloria intentan ayudar a los rebeldes espiando a los estadounidenses, pero Judith lo hace, para sacarlos de su casa y recuperar su negocio.
El filme en su construcción es convencional y los personajes pese a tener varias capas de complejidad pierden fuerza cuando la cinta cambia de tono y de crítica, cayendo en ocasiones hacer demasiado predecible, especialmente en los ritmos que golpea para una historia sobre una revolución, pero nunca pierde el foco de lo que quiere ser, y es contar el rol de la mujer, supuestas actrices secundarias de la historia del país.