Joyland es una cinta idea que habla sobre las ideas obsoletas del género y el deber del hombre y la mujer en la sociedad de Paquistán. Un filme intrigante que se pierde en un propio discurso.
FICM 2022 | Joyland (2022)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Saim Sadiq
Reparto: Ali Junejo, Alina Khan, Rasti Farooq, Sarwat Gilani, Sohail Sameer, Salmaan Peerzada y Sania Saeed
El primer largometraje de Saim Sadiq, Joyland, se decanta por el lado del drama familiar cuando sus aspectos más interesantes permanecen casi en la periferia, prometiendo una película mucho mejor al tocar temas tan interesantes como el deber del hombre y la mujer en una sociedad tan obsoleta como la de Paquistán, incluso tocando ideas sobre la homosexualidad o la transexualidad.
En este melodrama nos encontramos en la ciudad pakistaní de Lahore, a la familia Rana, quienes (aunque disfuncionales) siguen siendo una unidos. Pero la mayoría de los problemas surgen con nuestro protagonista, Haider (Ali Junejo), que no puede dejar de meterse en problemas. Al principio, cuando su padre (Salmaan Peerzada), en silla de ruedas, le pide que maté una cabra para demostrar su lugar como hombre, vacila y su esposa Mumtaz (Rasti Farooq) rápidamente se lanza a la tarea, castrándolo frente a todo el clan.
Además que su padre espera que produzca un niño para el bien y el crecimiento de la familia, pero también surgen otras presiones en el hogar familiar, agravadas por el calor sofocante que vive la ciudad. Entonces, buscando ganar dinero para ayudar a pagar los gastos de la casa, Haider encuentra un trabajo como bailarín de fondo en un teatro local donde el acto principal es con una artista transgénero llamada Biba (Alina Khan). Avergonzado de admitir lo que le hace a su familia de valores tradicionales, Haider pronto se enfada aún más cuando comienza a obsesionarse y finalmente se enamora de Biba, distanciándose aún más de los estándares conservadores paquistaníes defendidos por sus parientes asfixiantes.
Rodada con un aspecto cuadrado de 1,37:1, cuya idea del director es crear una representación de cómo los personajes son encajonados por la sociedad o sus circunstancias o lo que sea, sigue siendo quizás el ámbito formal más interesante en una obra que cubre demasiado territorio familiar. Joyland podría haberse distinguido por en sus secuencias de bailes, pero en gran medida las renuncia como si la película estuviera casi tan avergonzada de ese entorno como su protagonista.
Los mejores momentos son la forma en que se va dando la seducción entre Haider y Biba, como en una escena en el apartamento de ella que está iluminada por las llamativas luces de la habitación, el momento muestra el potencial de un entorno sexy, uno debería esperar que dicha escena sea más naturalista, pero la dirección se pierde en sus propios principios y no va más allá de lo que quiere mostrar.
El principal problema es la forma que en la cinta construye o utiliza a los personajes, por ejemplo con Biba, un personaje sumamente fascinante podría ser más fuerte o con más presencia; y termina siendo un personaje que simplemente se usa para dar una posición sobre el patriarcado tóxico en el que habita la familia de Haider.
Lo mismo sucede con el personaje de la esposa de Haider, pese a tener varios conflictos la historia no los aborda como desea serlo y por eso en el giro del tercer acto, la conclusión de este personaje no termina de emocionar al espectador y termina sintiéndose alargado o poco rebuscado.
Al final Joyland, queda en un filme que es bastante interesante y te cuenta de la realidad de una sociedad que todavía vive muchos cambios, que es verdad, genera conversación pero la calidad del filme queda a medias en su propio discurso.