Franz Rogowski entrega una actuación intensa y dolorosa como el prisionero Hans, que encuentra una forma de sentirse libere mientras está encarcelado.
La Gran Libertad (2021)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Sebastian Meise
Reparto: Franz Rogowski, Georg Friedrich, Anton von Lucke, Joachim Schoenfeld, Thomas Prenn, Fabian Stumm y Ulrich Faßnacht
Disponible: MUBI
Por fin hemos podido ver una de las películas más esperadas de inicio de año Great Freedom o La Gran Libertad, cinta que ha sido muy bien recibida el año anterior en diferentes festivales como Cannes e incluso estuvo en la lista corta de los Oscar 2022 como mejor película extranjera.
El título se origina al nombre de un bar gay en la película que es un club de sexo al estilo de una mazmorra, donde el director Sebastian Meise juega con un tono irónico e ingenioso cuando nos presenta este detalle con todo lo construido.
El filme es de estilo carcelario, y es formidablemente inteligente, bien actuada y también se puede decir que es una historia de amor, o quizás podemos utilizar el término “bromance” o “platónico” debido a lo que ocurre. La trama se extiende desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el alunizaje, pero siempre desde una perspectiva un poco entrecortada, ya que quedan muchos detalles sin explorar ni fundamentar. La obra juega con saltos de tiempo y nos centramos específicamente en ciertos años de la vida del protagonista.
La historia se centra en Hans, un chico que había sido enviado a los campos de concentración en tiempos de guerra y en 1945 se encuentra nuevamente en prisión con su número tatuado en el brazo. A lo largo de la película, su existencia civil, su vida fuera de prisión, es principalmente un misterio. No sabemos sobre su familia o cualquier otro detalle que haya estado haciendo (brevemente). Pero sí sabemos que tuvo una relación amorosa con Oskar, quien está en prisión con él en la década de 1950. En los años 60, Hans regresa nuevamente y tiene un breve romance con Leo, un joven profesor detenido con él en un baño público.
Todas las veces que Hans cae en la cárcel, se encuentra con un compañero de celda llamado Viktor, un veterano de guerra, que cuando lo conocemos en los años 40 siente un disgusto homofóbico hacia el chico, pero luego siente compasión y a medida que se desarrolla su amistad, Viktor reflexiona sobre su vida (pasando por un momento sexual que se puede entender en las circunstancias donde están) y la convivencia entre ambos hombres terminan en una relación sentimental, conmovedora incluso trágica.
Hans es interpretado por el actor alemán Franz Rogowski, de 36 años, mismo que aporta una intensa, dolorosa y tierna al personaje. Con sus miradas y gestos vamos comprendiendo el dolor, la negación y la aceptación de la vida que le tocó vivir. Su plano final es impactante, ya que solo con el trabajo corporal del actor comprendemos los sentimientos que carga Hans, quien cuando comprende su libertad sabe que la ha perdido debido a que su vida fue consumida sin sentido solo por ser quien era.
La cinta cierra cuando el gobierno de Alemania Occidental despenaliza la homosexualidad como un delito y es ahí donde el personaje de Hans, recién salido de la cárcel por este crimen, deambula por unos pasillos subterráneos llenos de sexo con una sonrisa insondable.
Tanto para Hans como para Viktor, su vida ha sido congelada y no hay camino, la prisión es para ellos su única forma de vida y ciertamente su única vida erótica. Sin embargo, la libertad, de algún tipo, ha estado en esas cuatro paredes.