La trampa | Review

Josh Hartnett es un padre que intenta desesperadamente guardar su secreto más oscuro en el interesante y extraño thriller del cineasta M Night Shyamalan.
La Trampa (2024)
Puntuación: ★★★
Dirección: M. Night Shyamalan
Reparto: Josh Hartnett, Ariel Donoghue, Saleka Shyamalan, Hayley Mills y Allison Pill 
Estreno en cines

Night Shyamalan sigue dando vueltas a sus ideas, ahora toma el refrán que dice cuidado con el lobo con piel de oveja; y es que el nuevo thriller del director es eso, es ver como una oveja hermosa y mansa es un lobo feroz. Es que aquí seguimos a un asesino en serie que, para todo el mundo, parece ser simplemente otro padre de barrio con modales perfectos y ejemplares. Josh Hartnett interpreta a un padre que lleva a su hija adolescente a un concierto de su estrella pop favorita, solo para descubrir que el espectáculo es una elaborada operación encubierta por parte del FBI. 

Como es habitual, hay una atractiva sensación de juego en la ejecución impredecible y burlonamente absurda de Shyamalan mientras este asesino intenta por todas las formas eludir a las autoridades. Pero, como todas las últimas películas del cineasta, su acto final deja un sinsabor, ya que tiene más giros de lo que uno espera, y cada giro es más absurdo que el anterior, mientras que Hartnett hace todo lo posible para mantener al personaje a flote cuyas dos vidas separadas entran en conflicto en un día intenso.

Cooper (Hartnett) es un amable bombero de Filadelfia que acompaña a su hija llamada Riley a un concierto de la sensación musical Lady Raven interpretada por la propia hija del director, la floreciente cantante y compositora Saleka Night Shyamalan (el nepotismo en su mejor era). Riley está emocionada por poder ver actuar a Lady Raven, pero el cariñoso Cooper parece un poco distraído por toda la policía y la seguridad que hay alrededor del estadio. Pronto, Cooper se entera de que el espectáculo de último minuto en realidad ha sido organizado para atrapar a ‘The Butcher’, un violento asesino en serie local cuya identidad sigue siendo un misterio. Alarmado, debe encontrar una manera de escapar y evitar que nadie, incluida su familia, descubra que él es: ‘The Butcher’.

Hartnett retrata a Cooper como un hombre agresivo y modesto, el tipo de padre poco cool que ama a su hija, pero que no sabe mucho de música popular o jerga de moda. Pero una vez que su horrible secreto se revela al público desde el principio (está monitoreando a una de sus víctimas capturadas a través de una transmisión en vivo a su teléfono celular), el comportamiento anodino de Cooper adquiere un aire más siniestro. Hartnett utiliza la amabilidad despreocupada del personaje como arma para sacar varias ventajas que el guion se las va poniendo de forma complaciente.

Cooper es un personaje fascinante, llamativo y perturbador, que entra en línea con otros personajes del director como el villano de personalidad múltiple de James McAvoy en Split (2016). De manera similar, el antihéroe de La Trampa está destinado a ser un acertijo, con Cooper luchando por mantener su sed de sangre separada de su personalidad externa de buen padre y esposo. Pero Shyamalan y Hartnett luchan por crear un asesino convincentemente complejo cuyo desenlace mental y angustia interna sean lo suficientemente motivadores, pero de alguna forma el guion diluye esas sensaciones y emociones.

Para ser justos, el guion de Shyamalan es el que perjudica que esas emociones se diluyen, ya que intenta manipular la intriga potencial del gato y el ratón dentro del concierto. Shyamalan se esfuerza por inventar razones para que Cooper siga abandonando a su hija cada vez más sospechosa y deambule por ahí buscando posibles salidas, que en muchos casos contradice lo que el material nos ha dicho en escenas anteriores, y estira la trama con puras conveniencias, como toparse con varios individuos crédulos o ingenuos, a quienes engaña convenientemente para que le den información crucial o que no se dan cuenta de que roba, por ejemplo, un walkie-talkie para poder escuchar el plan de la policía para encontrar al ‘The Butcher’.

El problema de La Trampa es que todo sucede con demasiada facilidad, lo que reduce lo que está en juego y la diversión. Y bueno, no podemos terminar esta reseña sin hablar de Saleka, que realmente su presencia aquí es solo nepotismo puro y directo, realmente ella no aporta nada, y una mejor actriz hubiera hecho mejor el trabajo de ella. Es claro que el filme utiliza a Saleka para promocionar su música, ya que ella escribió y compuso todas las canciones del filme, pero siendo sinceros no son malas, pero son tan olvidables como la película de su padre que se salva por un entregado Josh Hartnett.

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