Aunque falla en ocasiones en la construcción de todas las ideas que plantea, lo nuevo del cineasta Nanni Moretti logra crear toda una experiencia al saber darle ese toque de humor incómodo mientras reflexiona sobre el arte de hacer cine.
Lo mejor está por venir (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Nanni Moretti
Reparto: Nanni Moretti, Margherita Buy, Silvio Orlando, Barbora Bobulova y Mathieu Amalric
Estreno en cines
De forma repentina y sin promoción nos llegó a los cines lo último del fascinante cineasta italiano, Nanni Moretti, quien también escribió el guion junto a Francesca Marciano, Federica Pontremoli y Valia Santella. El filme también está protagonizada por el propio Moretti como Giovanni (su nombre real), un director envejecido y obsesivo que está demasiado apegado a su proyecto mientras lidia con un montón de problemas que incluyen recortes presupuestarios, un productor francés poco fiable llamado Pierre y actores que quieren improvisar y que lo obligan a reevaluar su enfoque de la película.
En ese mismo camino está su esposa y socia de producción durante 40 años, Paola (Margherita Buy), que está agotada por su terquedad y ha estado viendo en secreto a un terapeuta, y ha estado planeando un divorcio mientras produce su primera película independiente.
Lo que estamos viendo es una película dentro de la película, y la película que se está haciendo, está ambientada en Roma alrededor de 1956, el año de la Revolución Húngara, un drama político de época centrado en la caída del Partido Comunista Italiano, desde las vivencias de un circo de Budapest que llega a la capital italiana después de ser invitado por una rama del partido dirigido por Ennio (Silvio Orlando), un editor y su vicesecretaria, Vera (Barbora Bobuľová). Si bien la película de Giovanni termina inicialmente en la desesperación con un suicidio, sus conflictos y decisiones la hacen finalmente reescribir la historia para terminar con una nota alegre que captura la unidad.
En un intento por salvar el proyecto cuando se acabe el dinero, él y Paola organizan una divertida reunión con Netflix. En el momento más divertido de la película, los ejecutivos de la plataforma de streaming mencionan automáticamente cada pocos segundos que la película está disponible para su transmisión en 190 países y que el guion de Giovanni es una película de “ráfaga lenta que no detona” y que le falta un momento de “qué demonios”. Esto es una clara crítica del cineasta sobre los modelos de cine que se hacen hoy en día, uno que solo le importa el contenido y no la calidad. Incluso, se puede interpretar también el como los grandes cineastas han ido siendo relegados por directores que solo les importa la plata y no el arte.
Es por eso que Moretti hace lo que mejor sabe hacer: interpretar una versión ficticia y obsesionada consigo misma, un personaje que hemos visto en sus películas anteriores como Dear Diary. A través de esta comedia autorreferencial (y ligeramente autocrítica, aunque no tanto como podría ser), el director (tanto Moretti como Giovanni) se mantiene fiel a sí mismo al posicionarse en contra de los cambios que se producen constantemente en el mundo del entretenimiento. Sigue dejando en claro lo que le gusta y lo que no le gusta ver en el cine, como la violencia gratuita que solo se utiliza para entretener.
Hay un poco de todo en Lo mejor está por venir, que se mueve entre diferentes narrativas, saltando de la producción cinematográfica a la película de Giovanni y a su vida doméstica. Incluso hay momentos en los que los personajes comienzan a cantar y bailar al azar, transformándolo en un cuasi musical que no fluye del todo bien, y es por eso que muchas de las ideas que tiene Moretti no terminan de funcionar, ya que quiere hablar de muchas cosas, y no todas tienen el tiempo suficiente. Eso sí; Moretti tiene muy en claro su frustración con el estado del cine moderno, y es por eso que ofrece una crítica válida de la industria capitalista que ha crecido para priorizar los algoritmos de streaming, antes del buen cine.