Pedro Almodóvar y Penélope Cruz se vuelven a encontrar en este cálido melodrama sobre dos madres solteras que se conocen en una maternidad. Cruz entrega uno de sus mejores trabajos de su carrera.
Madres Paralelas (2021)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Pedro Almodóvar
Reparto: Penélope Cruz, Milena Smit, Israel Elejalde, Aitana Sánchez-Gijón, Rossy de Palma, Julieta Serrano, Adelfa Calvo y Daniela Santiago
Disponible: Estreno en cines y Netflix
Pedro Almodóvar es un director que no necesita presentación, sus obras son un reflejo de sus demonios, locuras y deseos. A lo largo de los años su cine forma parte de la cultura del cine, por lo que su nueva película es todo un evento. Sus piezas son únicas y nadie las puede imitar, su estilo es peculiar y en los caminos del melodrama él es un genio, y es así que todos esos detalle y elementos forman nuevamente de su más reciente trabajo, pese a manejar esas características Madres Paralelas vuelve a mostrar una nueva fortaleza en el aclamado creador.
Madres paralelas es todo un viaje lleno de emociones cargado de argumentos genuinos, donde la base del conflicto es cuidadosa, considerada (no por elección sino por necesidad) y magníficamente desordenada, ebria y delirante, todo lo que ocurre aquí es una pieza de telenovela única y genuina cuya trama gira en el caos y la vitalidad, Almodóvar juega con su habitual melodrama pero lo hace con mesura y no se toma la seriedad que contenía Dolor y Gloria y Julieta, pero tampoco cruza las líneas que tenía Todo sobre mi madre o Volver; podemos mejor decir que este trabajo mezcla los dos tonos, pero con una mirada que hace hacia el pasado.
La historia gira en torno a un intercambio de dos bebés al nacer, uno lleno de confusiones y dilemas morales, que ocasionalmente se inclina hacia la farsa. Pero las apariencias son engañosas y la película desmiente su presunción de impacto, ya que las líneas de estás dos madres nunca convergen, pero las mujeres en cuestión no son más que convergencia de los actos que se intersecan y chocan de maneras que a menudo las hacen perpendiculares entre sí o entretejidas.
La cinta dentro su metáfora explora la idea de los genes, de los fantasmas de nuestros pasados, aquí Almodóvar, anudada y subversiva; una autopsia de la oscura historia española disfrazada de un brillante baby shower. Es una película turbulenta, ya que no busca simplemente exponer el tema, sino que lo profundiza y opina. Detalle que la hace más interesante.
El filme sigue a Janis (Penélope Cruz), una fotógrafa que conoce a la adolescente Ana (Milena Smit) cuando ambas están embarazadas y comparten habitación en la sala de maternidad. Janis está entusiasmada con su embarazo y con la maternidad soltera, algo que se ha vuelto tradición familiar; Ana tiene miedo y es consciente de que su propia madre Teresa (Aitana Sánchez Gijón), una elegante actriz que persigue su gran oportunidad de llegar tarde probablemente no será de mucha ayuda en la crianza del bebé. Así lo demuestra. Luego de varios giros por mucho interesantes, las nuevas madres terminan acercándose y viviendo juntas, a pesar de compartir una conexión que solo una de ellas conoce.
Almodóvar aborda los giros y vueltas de la trama con su habitual energía y estilo, creando una celebración cálida de la solidaridad femenina y las familias improvisadas que sirven para quienes se sienten a la deriva. Al mismo tiempo hace hincapié en los esfuerzos de las madres que aman y están criando a sus hijos lo mejor que pueden, tema habitual en el cine del español.
Penélope Cruz brinda una actuación plena, una que es extraordinariamente vívida que solo Almodóvar ha obtenido de ella y que solo ella le ha dado a Almodóvar; ninguno de estos elementos es una noticia nueva en el canon del director. Lo que es nuevo es el tema lateral que va manejando el filme, uno que es totalmente inesperado sobre el legado de la Guerra Civil Española, que se toca con el amante casado de Janis, un arqueólogo forense y parte de una fundación responsable de exhumar los restos de los muertos durante la guerra civil, dicho tema el cineasta nunca lo había abordado antes, al menos no abiertamente, y Almodóvar siempre hace las cosas abiertamente.
Al final este nuevo viaje de Almodóvar es uno que mira al pasado y cuestiona el futuro. Habla sobre la maternidad y las luchas sobre está, incluso muestra a esas mujeres que no tienen ese instinto maternal, pero no lo hace en forma de crítica. Las actuaciones son más que brillantes, como dijimos Cruz está magistral y destacamos a Aitana Sánchez Gijón, quién se roba un par de escenas, aparte tiene la mejor frase de la película.