“Maurice” la consagración de James Ivory

Dos años después del éxito de ‘A Room With a View’, James Ivory regresaba al cine adaptando una novela de E. M. Forster, Maurice, que cuenta la historia de amor homosexual entre Maurice Hall (James Wilby) y Clive Durham (Hugh Grant) en la Gran Bretaña de inicios del siglo XX. Una película sensible con la que Ivory quería mostrar, a finales de los años 80 y en plena época de epidemia del sida, un lado más emocional y sincero sobre el romance entre dos hombres. 

La historia de Maurice inicia en la playa, pero esa hermosa playa no es el reflejo de una vida ideal como la metáfora que puede ser la idea. Ese día el cielo se encuentra nublado y gris. El viento está empapado de sal. Un grupo de niños pequeños está en un viaje escolar para aprender sobre ciencia y ecología, ¿o es el clima? Maurice, entonces es un niño, se encuentra con uno de sus profesores, un hombre llamado Mr. Ducie es interpretado por Merchant Ivory. En la playa, Ducie le explica al niño Maurice los entresijos de la reproducción sexual, haciendo dibujos toscos pero en su mayoría anatómicamente correctos en la playa de arena con un palo. Esto, como explica o implica Ducie, es el significado de la vida: el impulso de la procreación. 

Maurice solo tiene una madre y dos hermanas, ningún hombre que le enseñe los caminos de la sociedad y lo que se espera de él. Maurice, que es un niño, nunca se ha considerado diferente. No articula esta diferencia. Puede que ni siquiera se dé cuenta de que es diferente. Pero en este momento comienza tanto la adaptación de Ivory de Maurice como la novela del mismo nombre escrita por EM Forster. Este es el comienzo, el big bang. Es un evento catastrófico, representado con un diálogo casual y amistoso. Es aquí en la playa donde todo sale mal.

La figura de James Ivory en el cine 

James Ivory es uno de los directores más interesantes del cine de los ochentas y noventas, cuyo estilo refinado y amante de las adaptaciones literarias (especialmente del gran novelista británico E. M. Forster), quedan resaltadas como un cineasta clásico, cuyas películas suelen tener una cuidada reconstrucción de la época en la cual se desarrollan, una hermosa fotografía y una afortunada dirección de actores, para prueba solo hay que mirar sus trabajos con los filmes A Room with a View (1985), The Remains of the Day (1993) o la maravillosa Howards End (1992), entre todas de ellas está Maurice (1987).

James Francis Ivory nació el 7 de junio de 1928 en Berkeley, California, pero se crió en Klamath Falls, en el estado de Oregón. Desde muy joven mostró interés por el arte, la cultura y la sociedad. Obtuvo una licenciatura en Bellas Artes por la Universidad de Oregón, lo que lo llevó a sentir una curiosidad por el cine, sentimiento que terminó llevándolo a graduarse en la Escuela de Cine por la Universidad del Sur de California en 1957.

Ivory siempre tuvo curiosidad por conocer mundo y las formas de ser de cada sociedad, antes de graduarse en la Escuela de Cine, viajó por Europa. De hecho, su trabajo final de su carrera fue el documental ‘Venice: Theme and Variations’, donde obtuvo muy buenos comentarios, llegando incluso a hacer una reseña para el New York Times. Dos años después, dirigió un corto documental llamado ‘La espada y la flauta’, donde narró las principales características de la pintura india del siglo XVII.

En una proyección del corto en Nueva York, conoció al productor Ismail Merchant, con quien inició una relación sentimental y también profesional, ambos fundaron la productora Merchant Ivory Productions, creando más de 40 películas y logrando muchos premios, entre ellos Oscars, BAFTAS y Globos de Oro. En esa dupla, entró una tercera persona, la escritora alemana Ruth Prawer Jhabvala, que escribió 22 guiones para la productora.

Maurice y un amor para recordar 

“Maurice” adapta la obra póstuma de Forster. Novela inédita, solo publicada tras su muerte, pues el miedo a ser condenado por homosexualidad le llevó a mostrársela a unos pocos de sus amigos más cercanos en su momento. Foster escribió la obra en su primera versión entre 1913 y 1914; luego, la corrigió en 1932 y de nuevo entre 1959 y 1960, pero se publicó en 1971 un año después del fallecimiento de este. 

Cuando Foster escribió la novela, el escritor venía del éxito por su novela “Howards End” (1910), luego vivió un colapso emocional y tenía miedo de no poder volver a escribir nada, quedarse sin ideas, hasta que la vida lo llevó a una serie de eventos en un viajó a la India, en el invierno de 1912-1913, donde visitó Edward Carpenter, un “profeta de vida sencilla y homosexual orgulloso”, inspirado la forma de vivir de Carpenter y sus propias experiencias, Foster pudo retomar nuevamente la escritura, y es así como nació Maurice. 

En ella se cuenta el despertar a la sexualidad del protagonista, Maurice Hall, y de su amor hacia un compañero de universidad. La represión de los sentimientos, la sublimación como válvula de escape de esta, el corsé social que obligaba a un matrimonio convencional, el terror al destino que tuvo que sufrir otro gran escritor y dramaturgo, Oscar Wilde, llenan de angustia y de rabia las páginas de una novela. 

James Ivory realiza una versión lo más fiel posible al libro, pero lo complementa con algunos elementos críticos propios. La transgresión de Maurice, en la película, no solo es de tipo sexual, sino también social y cultural. Si bien en la novela estos aspectos están, más o menos desarrollados, el guion los acentúa al poner el dedo en la llaga de la sociedad puritana y clasista de la época.

Cuando Maurice(James Wilby) se acuesta con Alec, el guardabosque interpretado con gran encanto por Rupert Graves, destruye todos los tabúes impuestos por la sociedad y aceptados por él hasta el momento, más que se encontraba luchando con esos sentimientos, y su único ejemplo era la experiencia con su primer amor, Clive Durham (Hugh Grant en un papel muy bien llevado) que prefiere casarse y ocupar el rol que corresponde a un miembro bien considerado socialmente, Maurice se enfrenta a sus miedos, rompe con todo, y huye con su amante. Un final abierto y aparentemente esperanzador abre las puertas a un futuro inequívocamente incierto…

El Legado de Maurice

La cinta para muchos es un auténtico alegato LGBT con el que Ivory mostraba su lado más comprometido, incluso se puede pensar que personal. Maurice fue candidata al León de Oro en el 44º Festival de Venecia, donde Ivory se alzó con el León de Plata a la mejor dirección, mientras que Wilby y Grant lograron la Copa Volpi a la mejor interpretación masculina, un premio ex aequo, además logró el premio a la mejor banda sonora. 

 

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