“Morir como un hombre” la obra sublime de João Pedro Rodrigues

Celebrando el mes del orgullo LGBT, queremos comentar una película que habla sobre la vida de una mujer transgénero que fue reina de un cabaret, pero la vejez y la muerte han tocado su puerta. 

Había una vez una guerra… una noche oscura, un joven soldado deserta. Como si fuera un cuento de hadas o una leyenda urbana, si se le puede llamar así, Morir como un hombre, es un relato desde el punto más humano sobre la vejez desde la mirada de los vendedores profesionales de fantasía erótica. Tal vez suene muy cursi este inicio, pero el filme se plantea en ser cursi, incluso lo reafirma cuando toca su punto más surrealista o su trágico final, donde los dos amantes no pueden vivir el uno sin el otro.

Morir como un hombre es un filme donde su director crea a un personaje lleno de personalidad, genuino, pero al mismo tiempo carga una melancolía, su pasado es una sombra que acecha a su destino, uno que está ligado al amor de un hombre mucho más joven que no la comprende, y para no hacer que nadie sienta compasión decide callar sus dolores hasta que ya es demasiado tarde.

Tonia, es toda una estrella de los espectáculos de travestís en Lisboa, ella ve cómo sus días de gloria se desvanecen ante la imbatible competencia de las artistas más jóvenes. Mientras su joven novio Rosário la presiona para que se someta a la operación de cambio de sexo, Tonia lucha contra sus creencias religiosas más íntimas. Si cede a los deseos de Rosário de convertirse en mujer, sabe que delante de Dios nunca podrá hacerlo. Y su hijo, al que abandonó siendo un niño, acaba de desertar y va en su búsqueda. Un día Tonia descubre que está enferma. Para alejarse de todos sus problemas, se va al campo con Rosário con el pretexto de visitar al hermano de este último. Rosário intenta volver a su ciudad natal, pero se pierde por el camino. Entonces, llegan a un bosque encantado, un mundo mágico donde conocen a la enigmática Maria Bakker y a su novia Paula. Un encuentro que cambiará sus vidas, pero el presente siempre está ahí y de ese no se puede huir. 

João Pedro Rodrigues bebe del cine más puro de Pedro Almodóvar, cuyo argumento lleno de personajes extravagantes, travestis, drogas y un mundo suburbano retratado desde un punto de vista trágico e incluso tóxico, donde las decisiones y las formas de vivir son tan poco sanas que hace que no pueda conectar con ellos, especialmente con la protagonista, que decide no contar su enfermedad, ni decide salir una relación abusiva, ya su vida está marcada por sus errores. 

Rodrigues consigue con su tercer largometraje mostrar un estilo propio y sincero a la hora de contar la historia de Tonia una transexual que esconde un secreto; para ello el director busca enfocarse en los sentimientos de la mujer más allá de los tan recurrentes números en cabarets de mala muerte o escenas de sexo metidas con calzador que muchos harían en estos tipos de melodramas. 

Aquí el cineasta se aleja de las escenas provocativas como lo hace el filme O Fantasma (2000) o en El ornitólogo(2016), más bien construye el arco de sus personajes con momentos íntimos lleno de sentimientos de odio y amor, que nos endulza con la presencia de dos perritos, que serán el ancla más humana de Tonia y Rosário.

Con una apuesta de pantalla cuadrada y un trabajo muy bien cuidado con los encuadres (la primera media hora del film es un regalo para la vista, está todo obsesivamente calculado para que cada imagen sea casi perfecta) el filme mezcla un drama, con toques de humor y de aventuras, que incluso tiene por momentos un elemento surrealista, que hace que todo se sienta como un híbrido imperfecto, pero sólido, con muchos valores a destacar por encima de ciertos fallos como que la trama del hijo no va a ningún lado o que el filme se alarga para lo que está contando.

Esto puede sonar un poco como un disparo al pie y, a veces, lo es. Pero a menudo, cuando menos se lo espera, Rodrigues logra atraparte en la vida de esta mujer, de varios travestis que conocemos, que hace que lo absurdo que pueda ser muchos eventos, se sientan muy reales o ¿Quién sabe? Drag and Death, una mezcla digna de ver.

La película se puede ver en la plataforma de MUBI. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *