Drama fuera y dentro de la pantalla, un acento de Styles que es intencionalmente dudoso, una historia poco convincente sobre suburbios distópicos y el segundo trabajo de Olivia Wilde es de las mayores decepciones del año.
No te preocupes cariño (2022)
Puntuación: ★★
Dirección: Olivia Wilde
Reparto: Florence Pugh, Harry Styles, Olivia Wilde, Gemma Chan, Chris Pine, KiKi Layne, Nick Kroll y Douglas Smith
Disponible: Estreno en cines
Lo primero es lo primero, es verdad que en los últimos meses lo que hemos venido hablando de No te preocupes cariño es todo el caos que rodea al filme en torno a su rodaje y las relaciones personales del reparto, y al ver el filme es inevitable no pensar en ello y ver la poca química que hay entre todos, lo cual es injusto que la conversación solo se resuma en esos detalles, o en el acento de Harry Syles, que desafortunadamente, esa razón es parte de una mayor torpeza y falta de convencimiento de Olivia Wilde a la hora de construir la cinta, que cuando revela su misterio todo la película se cae y no puede sostenerla, demostrando que el guion realmente necesitaba más trabajo para llenar los agujeros de la trama, que podemos decir que son muchos, pero muchos.
¡Quién diga que la cinta es buena debería ponerse a analizar un poquito más los hechos que ocurren y como el filme nunca, pero no nunca los contesta! Realmente te puedo hacer una lista de preguntas que no se detiene a darles respuestas.
Para entrar en materia, la cinta nos ubica en el escenario de los suburbios de la década de 1950, o alguna versión inquietantemente fabricada de la década de 1950, un lugar perfecto para una sátira sobre la conformidad y el patriarcado. Aquí el nuevo y reluciente desarrollo de viviendas está ubicado cerca de un desierto de California, con casas de última generación para familias y parejas de profesionales de primer nivel; hay tiendas minoristas y un elegante club de campo para tenis y natación. Y todos trabajan para una sola empresa con el nombre nada sutil “Victoria”, que también es el nombre del pueblo.
La empresa realiza un trabajo de alto secreto del que los empleados tienen prohibido hablar, y la localidad se ve perturbada periódicamente por mini-terremotos que hacen sonar la vajilla y que todos han aprendido a ignorar (nunca se explica el motivo de dichos eventos).
La cinta se centra en una de las parejas que viven en dicho lugar Jack (Styles) y su esposa ama de casa Alice (Florence Pugh), quienes aparentemente están felizmente felices y viviendo el Sueño Americano. Jack está al borde de un ascenso serio y les encanta salir con otros empleados de Victoria, como el ingenioso esposo de Bunny, interpretada por la propia Wilde.
Entre todos ellos, está el jefe de la empresa Frank (Chris Pine), que vive con su glacial esposa Shelley (Gemma Chan) todo un personaje que no tiene nada de desarrollo. Ambos manejan con mucho cuidado la seguridad así como la información del lugar, prácticamente son retratados como líderes de una secta.
Todo comienza a cambiar cuando una de las esposas del lugar empieza a sufrir arrebatos extraños que provoca que Alice comience a sospechar que algo anda mal en su vida y en todo lo que la rodea. De aquí es predecible como el personaje irá cuestionando las cosas que ocurren, hasta llegar a la revelación que la directora no sabe cómo sostener ese detalle con el mensaje que busca darnos, ya que la tensión se pierde y el final se vuelve predecible.
Si algo tiene No te preocupes cariño es su gran pero gran parecido a la obra The Stepford Wives de Ira Levin, que ha sido llevada al cine en dos ocasiones tanto en 1975 como en el 2004, por lo cual el factor original no está presente en la obra de Wilde, realmente la cinta no aporta nada nuevo al género, al mismo tiempo que tampoco le ofrece un aire frescoa este tipo de historias que al mismo recuerda a la película de The Firm de Sydney Pollack de 1993 protagonizada por Jeanne Tripplehorn y Tom Cruise.
Al igual que las tramas de esas obras, en No te preocupes cariño la pareja que conocemos nos la presentan encantados con sus vidas y no sospechan nada, ambos son seducidos por el estupor narcótico de la prosperidad: las bebidas, la comida, los automóviles relucientes y los incesantes traqueteos de música pegadiza. Pero se puede vislumbrar algún mal oculto.
Hay que reconocer que la cinta arranca lo bastante interesante y atrapa, ya que en sus primeros cuarenta minutos la película siente que tiene que evitar la razón obvia de la existencia de Victoria, así que cuando finalmente se activa el interruptor para darnos el gran secreto, se siente absurdamente insignificante y artificial, y los detalles no están pensados.
Con respectos a las actuaciones, la gran mayoría están correctos Styles puede o no ser un actor talentoso, lo que está claro es que no tiene química con su protagonista, por un lado Pugh cumple y es toda poderosa pero no es nada no hayamos visto en Midsommar o en The Falling.