Operación cerveza | Review

El director de Green Book, Peter Farrelly, crea una cinta sin alma y plagada de clichés, sobre la historia real de un hombre que lleva cervezas a sus compañeros en la guerra de Vietnam.

Operación Cerveza (2022)
Puntuación: ★★
Dirección: Peter Farrelly
Reparto: Zac Efron, Russell Crowe, Bill Murray, Kyle Allen, Archie Renaux, Jake Picking, Will Ropp y Christopher Reed Brown
Disponible: Apple TV

Siendo lo bastante sinceros, la cerveza es una de las bebidas más famosas del mundo y de las más consumidas, adicionalmente es uno de los productos que cualquiera puede conseguir, no te cuesta más que unas cuantas monedas; sin embargo, cuando se la da una persona a otra, dicha bebida representa una muestra de buena voluntad. Es todo un simbolismo que la película de Peter Farrelly intenta explorar, pero nunca logra profundizar, ni tampoco indaga en las emociones del porqué de dicho sentimiento al tomar esa bebida, que es lo que impulsa al personaje.

Canalizar dicho espíritu de benevolencia borracha es el argumento principal de Operación Cerveza, el nuevo trabajo deficiente de Peter Farrelly, quien su último trabajo lo llevo a los Oscar, uno que es lo bastante cuestionable, desde su valor como película, hasta el recurso del sufrimiento de un hombre negro para llevar a un fanático a la reveladora epifanía de que el racismo en realidad es bastante malo, este, otro viaje por carretera improbable a través de un peligroso campo de batalla politizado alentado por una comedia suave de hombre a hombre, toma el dolor de toda una nación como forraje para que un chico guapo se dé cuenta de que la guerra puede no ser tan grande después de todo, y lo peor es que deja que Zac Efron sea quien cargue con toda la película, y siendo honestos Efron le queda grande la tarea. 

Efron en interpreta a John “Chickie” Donohue, un joven que cree que la ir a la guerra es todo un orgullo y qué pelear por la nación es el mayor acto de un hombre, todo eso opina mientras toma unas cervezas en el bar del barrio cerca de su casa en Inwood Nueva York; un día mientras plática con Bill Murray, apuesta con llevar las dichosas bebidas a sus amigos que están en Vietnam luchando. 

Así que el chico se instala como un marino mercante civil para ir un par de días a la zona de combate y llevar las cervezas, pero dicho viaje vivirá varias aventuras donde incluso varias personas lo quieren muerto. Chickie se las arregla usando más que su ingenio, que es considerable; se da cuenta de cómo obtener viajes entre los puntos de control después de darse cuenta del hecho de que debido a que su misión es tan difícil de creer, todos asumen que es de la CIA con una mala tapadera. Pero en su mayor parte, los militares con los que se cruza son sus amigos. 

El encanto natural del actor solo lo lleva hasta cierto punto, sin embargo, los límites de sus habilidades son visibles cada vez que frunce el rostro o se queda en blanco para transmitir que ahora es el momento de tener algunos sentimientos.

La historia es lo bastante loca y difícil de creer, especialmente cuando nos la venden como una historia real. Puede ser cierto eso, pero la forma en la que se desarrolla se le nota que mucho de lo que cuenta Farrely es inventado o no ocurrió como lo vende. 

Al menos los antecedentes de la trama le ponen algo de poder detrás de sus representaciones de la ante la falta de sentido, como una inquietante toma de un cuerpo que cae desde un helicóptero hasta que desaparece en la copa de los árboles, no hay nada lo suficientemente auténtico como para inspirar el tipo de terror transformador absorbido por Chickie.

Antes de terminar, hay que comentar la aparición de Russell Crowe que literalmente no aporta nada. Ese es el comentario.

 

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