Priscilla | Review

Basada en las memorias de Priscilla Presley, la nueva película de Sofia Coppola es la historia de una ingenua colegiala que se enamora de la figura de uno de los artistas más grandes de la música y crea una extraña relación de codependencia.
FICM 2023 | Priscilla (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Sofia Coppola
Reparto: Cailee Spaeny, Jacob Elordi, Dagmara Dominczyk y Ari Cohen

Siguiendo con la tendencia de los biopics de personas famosas, ahora nos llega la otra versión de la vida del rey de rock and roll Elvis Presley; una versión que se aleja de todo el brillo espectacular, intenso y frenético que vivimos el año pasado a cargo de Baz Luhrmann. Para esta parte de la historia que no vimos en esa película, la ganadora del Oscar Sofia Coppola se va a enfocar en contarnos dicha historia en la mujer del cantante: Priscilla Presley, la novia infantil que sacrificó su adolescencia y se casó para convertirse en la esposa de Elvis. 

El filme es un retrato inquietantemente apasionante y claustrofóbico sobre la soledad conyugal, donde una mujer queda atrapada detrás de las cursis puertas de su casa, una que se vuelve una prisión, y en este caso dicha prisión se llama Graceland, la famosa mansión de Elvis. Ella vive ahí mientras el Rey está de gira, o está grabando alguna película con una actriz famosa o sexy, la cual se vuelven las amantes de Elvis. En conclusión, Priscilla se convierte en la propia Lady Diana de Memphis, con Ann-Margret o Nancy Sinatra en el papel de Camilla Parker-Bowles.

La película en teoría solo se basa en el libro Elvis and Me, publicado en 1985, este narra las memorias del matrimonio entre Priscilla y Elvis, y fue escrito por la propia Priscilla; por lo cual la película aborda una intimidad muy fuerte de la relación tan compleja que tuvieron estás dos personas. Coppola busca contar dicha historia con una mirada fraternal y sin prejuicios, especialmente cuidando los detalles, la extraña atmósfera de la vida matrimonial, y los tramos de aburrimientos y silencios que vivió Priscilla. 

Cailee Spaeny interpreta a Priscilla, una colegiala de 15 años que vive en una base militar de Alemania Occidental en la década de 1950 con su madre y su padre militar; un día unas personas la invitan a una fiesta organizada por Elvis Presley, quien se encontraba haciendo servicio militar. Elvis es interpretado de manera bastante modesta y sin mucho carisma por Jacob Elordi, quien es astutamente dirigido por Coppola de tal manera que su retrato se aleja totalmente de todo lo que conocemos de la figura de la estrella, realmente si ves esta película y no sabes quién es Elvis Presley vas a seguir igual, ya que este Elvis prácticamente no tiene la personalidad que todos conocemos. Esto se puede interpretar como una estrategia de Coppola para que el personaje no eclipse a la protagonista, que es la Priscilla de Spaeny. Lo que si hace el guion, es toma a la figura del cantante y lo convierte en un perfecto caballero que nunca presiona indebidamente a Priscilla, pero en cambio, sorprendentemente, es una persona hábil con las palabras y convence a los padres de ella para que la dejen vivir con él en Graceland.

La historia del filme carga una sensación de cuento de hadas, que ya en sí la historia parece un cuento mágico donde una chica común se enamora de un príncipe, en este caso una estrella de Hollywood; por eso cuando la niña se va a vivir con el chico, ella cree que está viviendo sus fanáticos deseos de adolescente. Ella se besa con Elvis por la noche y luego hace pucheros con sus libros escolares en clase a la mañana siguiente; mientras todas sus compañeras de escuela sueñan con besar a Elvis, ella vive el sueño. Pero entonces emerge la terrible verdad. Elvis se abstiene de tener relaciones sexuales con Priscilla (aunque claramente no se abstiene en otros lugares), manteniendo su intacta inocencia casi infantil mientras la somete a un festival de misoginia, coerción y control, de la misma forma en que su autoritario manager lo mantiene a raya, el Coronel Tom Parker (quien, quizás por extraño que parezca, no aparece en la película), y no tenerlo en la trama, hace que mucho de lo que se cuente se sienta un poco incompleta, ya que es una pieza clave, o mejor dicho fundamental en esta historia. Lo que sí deja el filme muy en claro, es que la vida de Priscilla, era una vida codependiente, por un lado, centrada en las drogas, y en otra, por las altas y bajas que presentó Elvis.

La imagen del personaje de Priscilla es clave en la construcción, incluso se va a diferenciar cuando la pareja tiene a la bebé, Lisa Marie, ya que es el punto donde la película le hace un cambio de imagen. El guion sostiene que, a medida que Priscilla crecía, Elvis se volvía cada vez más infantilizado, paranoico y carente de encanto, especialmente en su interminable residencia en Las Vegas.

Coppola hace un retrato absorbente sobre la figura de Priscilla, especialmente en la etapa infantil, donde Elvis es retratado como un ser abusador disfrazado, escondido a plena vista, incluso de su propio encanto. Elordi no tiene el carisma de un Austin Butler, pero eso no es lo que se requiere aquí. Al mismo tiempo la cinta carga un aire de melancolía que se puede llevar al mundo real debido a los sucesos recientes con la triste muerte de Lisa Marie.

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