El irreverente director japonés Sion Sono se une con Nicolas Cage para crear una de las películas más absurdas del año que mezcla elementos de Westworld con Mad Max.
Prisoners of the Ghostland (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Sion Sono
Reparto: Nicolas Cage, Sofia Boutella, Ed Skrein, Nick Cassavetes, Narisa Suzuki, Bill Moseley y Takato Yonemoto
Disponible: VOD Google Play
Todos sabemos que Nicolas Cage se ha convertido en su propio genero de películas, pero no se puede negar que el actor ha hecho de todo en su carrera, cuando decimos de todo es de todo, cintas que ni los grandes actores modernos como Brad Pitt o Dicprio harían por lo cual no es nada sorprendente ver a l actor aparecer como un hombre vestido con cuero negro de motociclista y con bombas atadas a sus testículos. Dicho de paso, ese es el enigma al que se enfrenta su personaje, literalmente llamado héroe, y es así como nos adentramos a los delirantes y distópicos Prisoners of the Ghostland.
Como sabemos las últimas obras de Cage (excepto PIG) son obras sacadas directamente del cine de serie B, las cuales algunas son unas joyas como Mandy o la rareza sobre una invasión alienígena Color Out of Space, incluso también este año lo vimos luchar con unos títeres diabólicos en Willy’s Wonderland (toda una experiencia que recomendamos), todo esto para decir que Prisoners of the Ghostland juega en la misma línea que esas cintas.
Como dijimos nuestro protagonista se llama Hero y se encuentra en esta situación complicada después de que un trabajo bancario salió terriblemente mal; donde la secuencia del banco es absurdamente elegante, y es aún más reveladora debido a que el compañero del asalto es Nick Cassavetes, director de The Notebook, aquí interpreta a Psycho, quien debido a unas diferencias con el protagonista se separan de una manera nada amistosa.
Los verdaderos problemas de Hero ocurren debido al personaje de Bill Moseley, quien interpreta al gobernador de Samurái Town (un pueblo tan extraño que pareciera sacado de un parque temático de Westworld).
El gobernador es quien le coloca a Hero el mencionado traje, para obligarlo a rescatar a su hija desaparecida Bernice, interpretada por Sofia Boutella, luego de que ella robó un auto y salió hacia el páramo desértico (todo un mundo parecido a Mad Max), pero está terminó atrapada dentro de un maniquí por los habitantes de la zona llamada Ghostland. Volviendo a las bombas de Hero (es formidable ese detalle), estas están diseñadas para explotar si él siquiera piensa en poner una mano sobre ella.
Fuera de la absurda o poco coherente historia Prisoners of the Ghostland, es un deleite visual porque en ella podemos ver diferentes mundos dentro de cada espacio que vamos conociendo de este mundo. Es verdad que la cinta en ningún momento se detiene para estudiar esos espacios, lo cual hace que se sienta como un mero capricho para que la película se sienta más profunda de lo que es.
En términos de “profundidad” la cinta puede entenderse como una sátira del uso de la materia nuclear que hay en estos días en Japón (la película es de ese país), debido a como se describen los hechos del colapso nuclear que provocó todo esto; pero insinuar que el filme busca abordar ese tema es creer que Prisoners of the Ghostland sea una obra hecha para una crítica social, cuando claramente no lo es y no hay mucha lógica en todo lo que ocurre. Al final no es por eso que vienes a ver una película como esta, menos estando Nicolas Cage en ella.