Scarlet | Review

Pietro Marcello nos vuelve a sorprender con una historia pausada y conmovedora, sobre un pueblo que ha perdido la esperanza, pero un padre y su hija todavía tienen el ideal de los sueños y el amor. Marcello crea una película más que satisfactoria gracias a un reparto encabezado por Louis Garrel.
Scarlet (2022)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Pietro Marcello
Reparto:
 Raphaël Thierry, Juliette Jouan, Louis Garrel, Noémie Lvovsky, Ernst Umhauer y François Négret
Disponible: MUBI

El cineasta italiano Pietro Marcello se caracteriza por contar historias humanas y reales, pero logra darles un aire mágico a esos relatos, y en su más reciente trabajo Scarlet (L’Envol) eso se siente mucho más presente, que al mismo tiempo la obra cuenta la historia de la vida unos hombres que fueron militares durante la Primera Guerra Mundial, y ahora son unos hombres como civiles que viven en un pueblo rural pobre de Francia durante década de 1920 y 1930. El filme captura los placeres simples y los resentimientos latentes de la vida luego de vivir esos horrores.

Filmada con una textura de colores pálidos e imágenes de archivo (fragmentos de los cuales se incorporan suavemente), esta historia pausada y conmovedora, es silenciosamente gratificante gracias a un excelente elenco entre ellos Louis Garrel, cuyos rostros observamos en primeros planos muy frecuentes, recurso que ayuda a transmitir las emociones de cada personaje, que su condición social les afecta, ya que no tienen muchos recursos para vivir mejor. 

Pietro Marcello, es un director que sabe muy lo que quiere contar y el material de archivo clásico que utiliza, nos muestra carros llenos de hombres cansados ​​con uniformes maltratados en caminos rurales, campesinos y bueyes caminando por los campos. Especialmente en los primeros carretes, el director demuestra que el vocabulario visual del cine primitivo todavía está disponible para nosotros y, en las manos adecuadas, es una excelente manera de explorar las emociones humanas.

Bajo ese contexto, el filme se centra en contar la relación entre una niña y un padre, Raphaël (Raphaël Thiery) quien un día aparece en la puerta de la granja de Madame Adeline (Noémie Lvovsky, maravillosamente en el filme). Ella le presenta a Raphaël su pequeña hija, Juliette. La esposa de Raphael murió poco después del nacimiento de la bebé, que más adelante nos comentan que fue lo que sucedió con la mujer. 

Madame Adeline no puede pagarle a Raphaël para que haga las tareas del hogar, pero lo aloja y se convierte en madre sustituta de la pequeña Juliette. Además de ser un hábil tallador de madera, Raphaël toca el acordeón y repara un piano con el que Juliette desarrollará su don para el canto y la composición a medida que crece. (El propio director escribió la letra poética en vena popular de varias de las canciones que surgen cada vez con mayor regularidad.). Adeline le ayuda a Raphaël a conseguir un trabajo en un puesto de construcción de muebles y barcos. 

Juliette va creciendo tranquilamente pese a tener que soportar insultos por sus compañeros por ser diferente, incluso un el maestro se percata que la niña tiene es muy inteligente que sus demás alumnos, por lo cual sugiere que la niña estudie en otra escuela en la ciudad, pero Juliette no acepta, ya quiere dejar a su padre, quien se ha dedicado a hacer ingeniosos juguetes de madera después de que lo despidieran del aserradero bajo pretextos injustos.

Pero como dijimos, Marcello logra darles un realismo mágico a sus obras, aquí nos vuelve a sorprender como lo hizo con su adaptación de Martin Eden de Jack London, ya que la vida de Juliette a través del milagro de la educación, se mueve diferente a los demás. Dicho esto, en la trama hay una anciana con problemas de vista que vive en el bosque que su papel se puede interpretar como la madre tierra, y es quien le dijo a la chica una profecía de que un día aparecerán velas escarlatas y cambiarán su vida.

Entre todo eso conocemos a un joven borracho llamado Jean (Louis Garrel), un aviador, que después de haber apostado su avión, un día, volando a dúo con su amigo, hacen un aterrizaje de emergencia. Bajo las reglas informales de las fábulas, Juliette conoce a Jean y surge una conexión con ella cuando la escucha cantar en el río donde él se está bañando; y como buena fábula de cuento encantado los dos jóvenes más atractivos de la película terminan juntos. Puede o no que las cosas deban ser así, pero el suspenso y el anhelo están muy bien trabajados.  

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