El largometraje de Diego Vicentini es una impactante exploración de los estragos de la hostilidad política y la lucha por la libertad en Venezuela.
Simón (2023)
Puntuación: ★★★
Dirección: Diego Vicentini
Reparto: Christian McGaffney, Luis Silva, Franklin Virgüez, Jana Nawartschi, José Ramón Barreto y Conlan Kisilewicz
Disponible: Netflix
“Simón”, la primera obra cinematográfica de Diego Vicentini, emerge como una impactante exploración de los estragos de la hostilidad política y la lucha por la libertad en Venezuela. Ambientada en el contexto de las protestas de 2017, la película sigue a Simón, interpretado de manera conmovedora por Christian McGaffney, un ex dirigente estudiantil que se ve obligado a huir al exilio en Miami tras ser traicionado, apresado y torturado. Lo acompañan en el cast Jana Nawartschi, Luis Silva, Roberto Jaramillo, Franklin Virguez, Prakriti Maduro, Pedro Pablo Porras y Sallie Garner.
La trama se desarrolla en dos líneas temporales, tejiendo el presente de Simón en un pequeño apartamento de Miami con su pasado de activismo estudiantil y represión en Caracas. La interpretación aterradora de Franklin Virgüez como el despiadado coronel Lugo agrega una capa intensa de realismo a la narrativa, encapsulando la brutalidad del régimen al que se enfrenta Simón.
La película no se limita a ser un mero relato político; se adentra profundamente en la psique del protagonista, explorando las cicatrices emocionales y las dudas sobre su papel como líder. La dirección y el guión de Vicentini demuestran un enfoque inteligente al utilizar el thriller psicológico para transmitir el peso del trauma y la pérdida, llevando al espectador a reflexionar sobre la complejidad de las decisiones tomadas por los venezolanos en tiempos turbulentos.
La elección de Miami como escenario refuerza el contraste entre la promesa de seguridad de Estados Unidos y las raíces de las heridas en Venezuela. La fotografía de Horacio Martínez captura magistralmente la turbulencia del presente y desentraña gradualmente los recuerdos de la hostilidad vivida.
La fuerza de “Simón” reside no solo en su denuncia directa de las prácticas siniestras de un régimen autocrático, sino también en su capacidad para ahondar en la mente atormentada del protagonista. A través de diálogos reflexivos y momentos potentes entre Simón y su amigo Chucho, interpretado por Roberto Jaramillo, la película se convierte en un viaje emocional que invita a la audiencia a reflexionar sobre la lealtad, la traición y, en última instancia, el perdón.
“Simón” se erige como una obra conmovedora y necesaria, ofreciendo una mirada directa a un momento histórico reciente que sigue resonando en la memoria colectiva venezolana. La película destaca por su autenticidad respaldada por actuaciones sólidas y una narrativa que equilibra hábilmente la denuncia política con la exploración íntima de la experiencia humana en tiempos de adversidad. En resumen, “Simón” no solo es una ventana al pasado, sino también un reflejo de la lucha constante por la libertad y la búsqueda de entendimiento en medio de la adversidad.