Sonido de libertad | Review

Jim Caviezel interpreta al activista de la vida real Tim Ballard en una película panfletIsta y aburrida que se ha convertido en una sensación de taquilla en Estados Unidos.

Sonido de Libertad (2023)
Puntuación: ★½
Dirección: Alejandro Monteverde
Reparto: Jim Caviezel, Bill Camp, Cristal Aparicio, Mira Sorvino, Eduardo Verástegui, Yessica Borroto Perryman y Javier Godino
Disponible: En cines

Para nadie es un secreto todo el ruido y la controversia que rodea este filme, desde su tema hasta por las personas que están detrás de la misma. Es verdad que el filme toca un tema crudo y muy importante, que incluso busca generar conciencia sobre lo mismo, y ese puede ser su mayor virtud, pero todo eso queda deslucido por la poca calidad cinematográfica que presenta la cinta dirigida por Alejandro Monteverde y protagonizada por una actuación notable de Jim Caviezel, mejor conocido por interpretar a Jesús en La Pasión de Cristo de Mel Gibson.

Sonido de Libertad trata sobre el tráfico sexual de niños, basado en las reminiscencias del activista y  contra la trata Tim Ballard interpretado por Caviezel, quien renuncia a su trabajo en una agencia gubernamental de los EE. UU. para rescatar a una joven que está en manos de un cartel colombiano.

Como sociedad pensante y decente, es claro que para la mayoría de las personas es un horror y una indignación el abuso sexual infantil, y claramente es algo que todavía no se logra comprender o entender, el porqué una persona adulta comete este crimen tan atroz (Espero que como sociedad nunca entendamos esto, ya que no tiene justificación); pero no todas las personas comprendemos o compartimos la creencia tipo QAnon de Caviezel de que el tráfico sexual infantil está dirigido por élites que quieren recolectar la hormona adrenocromo de los niños, como dijo el propio Caviezel en una entrevista. Cabe señalar que la película en sí, prudentemente, no presenta teorías de conspiración explícitas, pero hay ciertos momentos donde deja entender eso. 

Por otro lado más obvio, el filme cae en el cliché de película de Hollywood donde presenta al típico salvador gringo, blanco y sobre todo heterosexual, para subrayar estos detalles, el guion te muestra a Ballard como un héroe casi salido de un Comic, con toda la construcción que ese lleva, no tiene poderes porque se alejaría de la realidad que busca mostrar, pero no dudo que en otro contexto lo haría, incluso esos momentos el personaje se parece a John Wayne en The Searchers o Rambo de Sylvester Stallone. Esto lo refuerza en una escena, donde lo vemos arrestando a un pedófilo repugnante, el pedófilo más influyente de la película: una figura sudorosa y perversa de la revista Mad, que ha publicado un libro pro pedófilo llamado Apollodorus bajo el seudónimo de Genghis Amore.

Un detalle es que la cinta nunca es demasiado escabrosa, en esencia, es la clase más simple de película de explotación, en la que una postura proporciona una coartada para una fascinación por el mal oculto, está vez vinculada al miedo de los extranjeros corruptos (Monteverde es Mexicano, aunque radicado en Estados Unidos). La fealdad de esto se manifiesta más claramente en el trato empalagoso de los niños actores, la cámara se concentra en sus rostros inocentes incluso cuando se nos pide que los imaginemos sometidos a horrores fuera de la pantalla.

Lo peor del filme es que pese a que su guion se vuelve predecible, el ritmo de la cinta se hace aburrido porque sabes hacia dónde se dirige, no hay un impacto cinematográfico como tal, ya que el producto solo está hecho para darte un sermón religioso, cosa que cintas como The Whistleblower con Rachel Weisz que toca casi el mismo tema te impacta más, y su reflexión se sentía genuina no impostada como aquí. 

Esta es, en teoría, una historia real, pero depende de lo que quieras creer. Si bien Ballard es una persona real, muchas de sus declaraciones públicas sobre su carrera han sido cuestionadas recientemente. Además, ha admitido que la interpretación de Caviezel tiene varias pequeñas licencias artísticas, especialmente cuando el personaje pasa al modo de héroe de acción. La película tampoco debe tomarse como una guía confiable de las realidades de la trata de personas, la mayor parte de la cual ocurre por razones no relacionadas con la pedofilia.