La nueva obra de Adilkhan Yerzhanov es absurda, entretenida y confusa en igual medida
Yellow Cat (2020)
Puntuación:★★★½
Dirección: Adilkhan Yerzhanov
Reparto: Azamat Nigmanov, Kamila Nugmanova, Sanjar Madi, Yerzhan Zhamankulov y Yerken Gubashev
Disponible: MUBI
Cuestionar las ideas de esta obra es pelear contra la corriente, es inevitable dejarse llevar por sus hermosas imágenes, que en mucho de los casos no tienen sentido o los personajes son seres que no logras comprender, o puede ser que tal vez las acciones que hacen te llevan a cuestionar qué es lo que realmente estaba planteando su director.
La historia se desarrolla literalmente “en medio de la nada”, en medio de la estepa kazaja. Aquí seguimos las desgracias o mejor dicho desventuras de un ex convicto, llamado Kermek (interpretado por Azamat Nigmanov), un hombre extraño que viste una camiseta amarilla hawaiana y un sombrero de fieltro. Kermek, es un hombre que viene saliendo de la cárcel y desea encontrar un trabajo, cuando llega a su “pueblo” no queda muy claro, el oficial de policía local, Bozoy, decide reclutar para que cometa delitos para su banda de poca monta.
Sin embargo, nuestro protagonista es un individuo torpe y algo tonto, aunque podría decirse que es demasiado despistado, es un gran admirador de Le Samouraï de Jean-Pierre Melville, aunque queda muy claro que nunca la ha terminado de ver, en su mundo surrealista tiene un sueño un tanto inusual: abrir una sala de cine, por eso quiere conseguir dinero.
Las situaciones que van sucediendo no tienen un sentido lógico, por eso es difícil cuestionar los eventos; Kermek incurre en un enfrentamiento con su “jefe”, se roba un dinero de un gánster local y termina huyendo con una joven prostituta pelirroja llamada Eva, quien es una chica algo extraña, lo cual tiene sentido dentro del mundo de Kermek. Ambos personajes son muy, muy caricaturescos.
El filme está compuesto por siete capítulos, y cada uno son presentados con un dibujo infantil, lo que cual deja claro que lo vemos es casi una fábula exagerada, de humor negro y de situaciones; toda la apuesta Adilkhan Yerzhanov, es un suntuoso homenaje a cineastas como los hermanos Coen o David Lynch, y se puede notar en la forma que el joven director crea una obra que bien pudo salir de la mente de esos directores, por ejemplo, las secuencias de acción son torpes, el paisaje escasamente poblado y los dos personajes son perseguidos durante la mayor parte de la historia.
Yerzhanov crea una obra de ritmo pausado, esto la hace para enfatizar lo absurdo de las situaciones, utilizando el recurso cómico para atrapar al espectador, pero la inteligencia del director brilla bastante, por lo que les da a los personajes un espacio para ir construyendo su romance y aporta un toque de ternura y la dulzura dentro de todo lo absurdo que ocurre.
Pero lo más sorprendente es la resolución, es algo inesperado y podrá no ser del gusto de todos.
Al final la obra hace una crítica en cómo la sociedad se comporta como seres estúpidos y codiciosos, llevando comportamientos infantiles siendo adultos. La obra es una metáfora brillante, valiente, no es perfecta, pero se agradece que existan películas arriesgadas.