El estilo de Nicolas Winding Refn se caracteriza por una estética visual hipnótica, dominada por colores neón, planos simétricos y una atmósfera que convierte cada imagen en un lienzo. Sus narrativas son minimalistas, con personajes enigmáticos que hablan más a través del silencio y la corporalidad que de los diálogos.
En 1996, un joven director danés de apenas 26 años estrenó una película que, sin proponérselo, marcaría un antes y un después en el cine europeo. Pusher, filmada con un presupuesto limitado y con un elenco encabezado por Kim Bodnia, irrumpió en el panorama cinematográfico con la fuerza de un golpe seco: una obra que desnudaba sin concesiones el mundo criminal de Copenhague y que anunciaba el nacimiento de un cineasta destinado a incomodar y fascinar a partes iguales: Nicolas Winding Refn.
El impacto fue inmediato. El realismo de Pusher, su crudeza y su retrato visceral de la violencia urbana contrastaban con la tradición danesa de entonces, más asociada a dramas intimistas o experimentales ligados al movimiento Dogma 95. Aunque Refn nunca formó parte de ese manifiesto, su ópera prima compartía con él una urgencia expresiva y un rechazo a la artificiosidad de los grandes estudios.
Nicolas Winding Refn es un cineasta danés cuyo estilo se ha consolidado como uno de los más distintivos y provocadores del cine contemporáneo. Su obra es reconocible por una estética visual hipnótica, una narrativa minimalista y una obsesión por la violencia estilizada. A continuación, se desglosan los principales rasgos de su estilo cinematográfico:
1. Estética visual: neón, simetría y estilización
Refn privilegia una puesta en escena altamente compuesta y visualmente cargada. El uso del color, especialmente los tonos neón (rosas, violetas, azules eléctricos), se ha vuelto una de sus marcas registradas. Esto se nota especialmente en Drive (2011), Only God Forgives (2013) y The Neon Demon (2016). La simetría, los encuadres geométricos y los planos sostenidos dan a su cine una cualidad pictórica y fría, como si cada fotograma fuera una pintura de arte pop o expresionismo moderno.

2. Narrativas minimalistas y personajes enigmáticos
Sus tramas suelen ser simples o incluso esquemáticas, pero se desarrollan con lentitud y tensión acumulativa. Lo importante no es lo que pasa, sino cómo pasa. Sus personajes —particularmente los masculinos— suelen ser estoicos, silenciosos, emocionalmente contenidos. Ryan Gosling en Drive y Only God Forgives es un ejemplo icónico: más símbolo que sujeto, más pose que psicología.

3. Violencia estilizada y ritualizada
La violencia en el cine de Refn no es gratuita, pero tampoco realista. Se convierte en una especie de coreografía estética, casi ritual, que remite tanto al cine de samuráis como al giallo italiano y al cine de explotación de los años 70. La sangre y el cuerpo son tratados como elementos estéticos: bellos, repulsivos, simbólicos. Esta violencia estilizada también refuerza la crítica que suele subyacer en sus películas: una meditación sobre la masculinidad, el poder y la corrupción.

4. Uso del sonido y la música electrónica
La música —generalmente electrónica, synthwave o ambient— cumple un rol central. En Drive, la banda sonora de Kavinsky y Cliff Martinez no solo acompaña sino que define el tono emocional. El diseño sonoro suele ser envolvente, con largos silencios rotos por estallidos abruptos de violencia o música, lo que contribuye a una experiencia sensorial intensa y cerebral.

5. Subtexto simbólico y espiritual
Aunque a primera vista puedan parecer películas de acción o thrillers, muchas de sus obras esconden un subtexto filosófico o espiritual. Only God Forgives se aproxima a lo religioso a través del castigo y la redención; The Neon Demon es una parábola sobre la belleza y el narcisismo. Refn está más interesado en lo mítico que en lo realista: sus películas operan como fábulas modernas, cargadas de símbolos y arquetipos.

6. Control autoral y provocación
Refn es un autor total: produce, dirige, a veces escribe, y participa en todos los aspectos visuales y sonoros. Le gusta provocar, incomodar, dividir opiniones. En entrevistas ha dicho que se considera más un “fetichista visual” que un narrador tradicional, y eso se nota en su forma de priorizar la atmósfera sobre la lógica narrativa.

El cine de Nicolas Winding Refn es una experiencia estética intensa y divisiva. Su estilo mezcla lo bello con lo brutal, lo contemplativo con lo chocante, lo clásico con lo experimental. Más que contar historias, Refn busca crear atmósferas sensoriales donde la imagen, el sonido y el silencio dialogan en clave simbólica. Su cine puede resultar pretencioso o hipnótico, pero nunca indiferente.