Glenn Close y Mila Kunis brillan en “Four Good Days”, pero cae en lo básico de un drama de adicción formulado
Four Good Days (2020)
Puntuación: ★★★
Dirección: Rodrigo García,
Reparto: Glenn Close, Mila Kunis, Stephen Root, Chad Lindberg, Joshua Leonard y Michael Hyatt
Disponible: VOD Google Play o Apple TV
Durante mucho tiempo, los dramas de adicción se centraron en el adicto. Últimamente, quizás debido a la saturación de esas historias, hemos pasado al otro lado del cuento, razón que las últimas películas sobre adiciones se han estado enfocando en la vida de los familiares que sufren de las adicciones de un ser querido “Ben is Back” o “Beautiful Boy”, son un ejemplo de ello.
Ahora con cierto retrasó llega a plataformas otro retrato sobre el ciclo de adicción y recuperación desde la perspectiva de un padre; Four Good Days de Rodrigo García. La madre en cuestión es Deb (Glenn Close no para de buscar roles que la lleven al Oscar), una agradable abuela y madre que busca todo lo posible para seguir adelante después del calvario vivido con su adicta Molly. Su vida vuelve a ser interrumpida cuando Molly aparece luego de más de casi dos años de no saber de ella, y es ahí donde inicia el debate de una madre que tiene que pensar si vuelve abrirle las puertas de su casa a su hija.
Hay que destacar que el filme inicia muy arriba, incluso lo mejor de Four Good Days es su primer acto, debido a que se enfoca en ese debate maternal de una madre que no sabe qué decisión tomar cuando su hija aparece y le suplica que la deje regresar o que, aunque sea solo un momento para tomar una siesta, ducharse y comer algo. Molly parece sincera, pero es la forma de responder de Deb hace que uno comprenda que esas líneas ya las ha escuchado durante diez años y ha sufrido en todo ese momento, al ver como su hija vive el mismo ciclo y ella ha sido parte, por lo que ahora tiene que ser dura y la deja que duerma en la entrada de su casa mientras ella la ve desde la ventana.
Como dijimos la película comienza con esa narrativa, pero luego toma el camino obvió de una historia sobre las personas en recuperación, solo que desde el punto de una madre que no sabe que pensar sobre su hija, si es sincera y quiere mejorar o es otra mentira más ya que Molly ha pasado por la desintoxicación 14 veces, por lo que tenemos la sensación de que estas escenas son un juego que han realizado muchas veces, interpretando los roles que aprendieron hace mucho tiempo. Finalmente, Deb la lleva a desintoxicarse una vez más; cuando termina, su médico le comenta sobre tomar una inyección de “antagonista de opiáceos”, que bloqueará al receptor que responde a los opioides. Podría acabar con su adicción. Pero tiene que estar limpia durante una semana para tomarlo y dejar de consumir drogas durante cuatro días más.
Es ahí donde entendemos el nombre de la película, y por donde García volverá nuevamente en explorar los conflictos familiares y la empatía entre seres queridos (Nive Lives, Mother and Child o Albert Nobbs), siendo este detalle lo que hace que la cinta tenga un brillo, ya que en pocas escenas que va construyendo al inicio vamos comprendiendo las dinámicas y las relaciones de esta familia, como es Deb con Molly, Molly con su exmarido Sean, Deb con Sean y sus nietos, así sucesivamente.
Pero Four Good Days pese a tener esos detalles conforme va construyendo su historia no evita caer en lugares comunes y cumple con todas las fórmulas de una película que habla sobre las adicciones y las relaciones familiares, hay que sumarle que tiene varios diálogos subrayan lo que vemos o que vimos.
La razón que Four Good Days destaque son por las brillantes actuaciones de su pareja protagonista: Close y Kunis, ambas están entregadas al proyecto y logran construir una relación entre madre e hija conmovedora; la veterana actriz entrega unos momentos ejemplares de una madre que vive en la locura con respecto a su hija, su mejor momento es el de la cartera olvidada, pero sin dudas es Kunis quien marca un destello en su carrera, los momentos donde su personaje hace silencios es donde mejor destaca, como cuando va a sus hijos y se da cuenta de todo lo que se ha perdido.