Basada en una historia real, el nuevo largometraje del director austriaco Peter Brunner nos sumerge en un mundo donde el misticismo y la redención están indisolublemente unidos. Uno de los filmes más incomodos del año.
Luzifer (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Peter Brunner
Reparto: Franz Rogowski, Susanne Jensen, Theo Blaickner, Monika Hinterhuber, Erwin Geisler, Clemens Göbl y Markus Eibl
Disponible: MUBI
Basada en la historia real de un exorcismo, Luzifer se centra en dos personajes: un hombre con mentalidad de niño hipersensible llamado Johannes (interpretado brillantemente por el bailarín y actor Franz Rogowski) que no ha perdido nada de su inocencia infantil, y su devota madre, una ex alcohólica y drogadicta que lucha contra sus adicciones en medio de la naturaleza salvaje que la calma y protege. El único compañero que tiene Johannes aparte de su estrecha relación con su madre es con un águila. La vida de estos dos ermitaños modernos se rige por oraciones y rituales ancestrales cuyo verdadero significado solo ellos conocen.
Pero unos extraños objetos (drones) provenientes de una civilización intrusiva y despiadada comienzan a violar su mundo compuesto por naturaleza y prácticas misteriosas. El místico paraíso alpino habitado por Johannes y su madre se ve amenazado por un proyecto que transformaría su mundo en un destino turístico de masas.
Para lograr comprender lo que intenta ofrecer el director Peter Brunner, hay que decir que Luzifer, es un viaje lleno de angustia sobre las mentes de los personajes que han convertido su condición marginal en su fuerza, al mismo tiempo el título es una metáfora sobre el miedo y el terror que acecha en la sombra; así que es normal cuestionar el nombre ¿Por qué Luzifer?; el mensaje con Luzifer se puede interpretar como la otra cara de la moneda del progreso, una que no sabe qué hacer ante la pérdida de la inocencia y en este caso sería la evolución de Johannes; quien poco a poco va perdiendo esa noción para contemplar como una fuerza externa le quita todo lo que tiene.
Brunner busca recordarnos que, aunque nuestra sociedad este avanzando siempre nos estamos conduciendo hacia un pragmatismo mundo de cargado de cinismo, de horror y cero tolerancias, donde la mística amenazadora y agitadora de la naturaleza puede devolvernos a nuestro estado salvaje, especialmente al no tener una chispa de amor humano.
Al mismo tiempo la cinta de Brunner nos invita a analizar el concepto de ser libre, por lo cual cada quien lo puede interpretar diferente, solo esta idea es manejada bajo los conceptos de corrupción y redención, para este punto el guion busca darle una idea, una etiqueta o una construcción, es ahí donde el personaje de la madre de Johannes ha construido y creado su propio paraíso personal, que defiende ferozmente contra una fuerza maligna que representa al capitalismo.
Las ideas y los conceptos del filme se refuerzan con el majestuoso y frío escenario que es acompañado por música con sonido de misteriosa compuesta por Tim Hacker; cada imagen y melodía cargan un misterio, que ayudan a subrayar las ansiedades y el éxtasis de los personajes.
Aquí el paisaje natural se vuelve un personaje más, ya que se convierte en una especie de divinidad, capaz de purificar las almas de los pecadores involuntarios que son víctimas de una sociedad brutal que los ha convertido en marionetas y los ha despojado de su libre albedrío. La naturaleza y la cultura parecen chocar en una batalla constante por la supervivencia.
Todo es acompañado por dos actuaciones impresionantes, incómodas e incluso grotescas en algunos aspectos, Franz Rogowski, Susanne Jensen se roban cada escena, cada momento, siempre logran transmitir ternura, compasión, repugnancia e incluso horror.
Luzifer es una película extrema y exigente, en ocasiones puede ser insoportable; que insta al espectador a una sensación incómoda en muchos aspectos de la palabra.