En ‘After Yang’ Kogonada hace una reflexiona agridulce sobre la melancólica de la muerte y la existencia contada através de una tierna ciencia ficción.
After Yang (2021)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Kogonada
Reparto: Colin Farrell, Jodie Turner-Smith, Haley Lu Richardson, Brett Dier, Clifton Collins Jr., Sarita Choudhury.
Disponible: VOD Google Play
El interesante director surcoreano Kogonada sigue explorando el concepto de la humanidad, y en su último trabajo llamado After Yang vuelve a navegar en esos territorios, al crear un filme delicado y exquisitamente desarrollado, desde las vivencias de una familia especialmente enfocado en la mirada de un niño que empieza a cuestionar y preguntar lo que ocurre en su mundo cuando su “hermano” mayor “muere”, todo planteado de una manera inocente y tierna desde la perspectiva infantil.
La cinta adapta el cuento Saying Goodbye to Yang de Alexander Weinstein (de la colección de 2016, Children of the New World), “After Yang” se desarrolla dentro del género de ciencia ficción, pero de una forma más diferente a lo acostumbrado normalmente. La historia está ambientada en un futuro cercano o mejor dicho distante en Asia en un país sin nombre (se siente como Japón), las familias hacen lo que hacen las familias: amar, reír, llorar y compartir experiencias como un vibrante torneo virtual de baile al comienzo de la película nos presenta hábilmente a cada personaje que conoceremos en la película, dicho momento es todo un suceso hábilmente utilizado para iniciar la trama.
Uno de los detalles que hace al filme bastante original es la forma en como utiliza la idea de los tecnosapiens (androides de IA humanísticos), la cinta los hace más realistas y los coloca como otros seres humanos que viven entre nosotros. En el caso de esta familia protagonista, Yang es un tecnospiensa que se adquiere para ser el hermano mayor de Mika, una niña asiática que fue adoptada por Jack y Kyra, para que el humanoide inteligente pudiera enseñarle sobre su cultura, idioma y raíces chinas. La vida es normal para la familia: la escuela, el trabajo, los concursos de juegos, hasta que un día, Yang comienza a funcionar mal y cambia a un estado inactivo.
Abatida por su amado Yang, la pequeña Mika no puede concentrarse en la escuela y Jack, quien es dueño de una tienda de té boutique reflexivo e introspectivo, comienza un viaje para intentar arreglar a Yang, pero dicho viaje estaría lleno de desafíos inesperados y frustrantes que ponen a prueba su normalidad, y en ese viaje que la actuación de Colin Farrell destaca y brilla más que nunca; el actor pone tanto cuidado y dedicación al viaje del personaje que logra transmitir un aura cálida y de genuina gentileza en su actuación.
Kogonada busca en crear una limpia simplicidad a la trama al más puro estilo de Yasujiro Ozu, al mostrar este mundo lleno de sensibilidades, quietud y minimalismo. After Yang está marcado por unas cualidades casi zen que son fascinantes y absolutamente cautivadoras. Colin Farrell, en este sentido, es sobresaliente, obligando a escuchar con atención todos sus movimientos silenciosos y sus palabras suaves; sin dudas una de sus mejores y más fascinantes actuaciones.
After Yang es una obra pausada que dicha lentitud por momentos hace que pierda ritmo, pero no deja ser una gran obra donde logras conectar con una gran empatía con el viaje de los personajes en camino de entender esa idea que tanto gusta sobre las condiciones humanas.