Amor, mentiras y sangre | Review

La cineasta Rose Glass regresa con una historia violenta sobre fisicoculturismo, amores prohibidos y muchos asesinatos todo sostenido con una feroz sutileza de Kristen Stewart.
Amor, mentiras y sangre (2024)
Puntuación: ★ ★★½
Dirección: Rose Glass
Reparto: Kristen Stewart, Katy O’Brian, Jena Malone, Anna Baryshnikov, Dave Franco y Ed Harris
Disponible: Google VOD

El segundo largometraje de la directora Rose Glass, es una propuesta por mucho audaz, provocadora y bastante apasionante, con mucha sangre y violencia. La cinta está protagonizada por Kristen Stewart y Katy O’Brian, quienes son dos amantes en un punto de colisión. Amor, mentiras y sangre, es un filme por mucho atractivo, o incluso curioso, ya que entre toda esta pasión y violencia gráfica, hay un grado de humor perverso, acompañado con ardientes escenas de sexo, y una crítica condenatoria de unos Estados Unidos que son una guarida sórdida y amoral de almas desesperadas y sueños destrozados. Pero a pesar de todo lo escrito y las actuaciones valientes, la película en última instancia no ofrece mucho más que la superficie vívida y vulgar, y lo escandaloso de la situación de la pareja termina nada más siendo algo transgresor.

Ambientada en un pequeño pueblo de Nuevo México en 1989, Amor, mentiras y sangre nos presenta a Lou (Stewart), una joven tosca que trabaja en un gimnasio sin futuro. Su mundo empieza a verse mejor cuando conoce a Jackie (O’Brian), una chica fisicoculturista que quiere competir en un torneo en Las Vegas. Rápidamente se enamoran, pero su relación enfrenta unos obstáculos después de que chocan con el misógino cuñado de Lou, JJ (Dave Franco) y su padre criminal de Lou (Ed Harris). 

Al igual que Saint Maud, la increíble película de terror psicológico sobre el fervor religioso de Glass, aquí una vez más la cineasta vuelve a poner en primer plano la exploración de sus personajes que a la trama en sí, denotando que la cineasta le gusta examinar los intensos impulsos y compulsiones que los llevan a ser quienes son, y las sensaciones que motivan sus actos. Lou y Jackie tienen una poderosa atracción carnal y pronto Lou ayuda a su nueva amante a esculpir más su cuerpo, dándole a Jackie esteroides que rápidamente la fortalecen. El sueño de Jackie de convertirse en campeona de culturismo pronto se convierte también en el sueño de Lou, aunque los esteroides tienen un efecto perjudicial en Jackie, volviéndola terriblemente más agresiva, que denota un peligro en JJ, quien abusa esencialmente de Beth (Jena Malone), la sumisa hermana de Lou. 

Lo interesante aquí, es que la historia idílica de las dos amantes fracasa desastrosamente, dejando a Lou y Jackie en una situación compleja y peligrosa. En ese momento, Amor, mentiras y sangre pasa de ser una historia de amor, a una cruda saga criminal en la que las malas decisiones las van llevando de un punto a otro, haciendo que el juego de tensión se vaya complicando, y los sueños se vean amenazados.

Glass teje una atmósfera embriagadora de lujuria y paranoia, imaginando un oeste americano quemado y plagado de armas, drogas, sexo y asesinatos, no del todo exitosamente. Amor, mentiras y sangre se siente como un homenaje al cine de explotación de los años 80, especialmente en la forma en que se retrata a los Estados Unidos, en esa exageración que se siente adherida a la estricta realidad. Pero dentro de esa crítica del exceso estadounidense también existe una rabia desafiante feminista: Lou y Jackie descubren que nadie las ayudará dentro de esta cruel sociedad patriarcal.

Por otro lado la violencia que resulta de ser una furia que nace de las entrañas, inicialmente sorprendente y catártica, pierde su impacto a medida que el guion comienza a adentrarse en el terreno familiar del thriller criminal, o incluso llegando a un grado de fantasía que hace que todos esos anclajes a la realidad se pierdan. El otro punto del guion, es que pese a sus giros sorprendentes, los personajes de Lou y Jackie se vuelven menos interesantes una vez que la cinta entra en su curso, ya que su romance pasa a un segundo plano, y el material camina se va por los rincones de la intriga y traiciones. 

Stewart es fascinante en este nuevo rol, la actriz logra construir con su cuerpo y gestos un personaje duro, pero al mismo tiempo frágil, además de cargar un magnetismo sensual, que es lo que atrae a Jackie. Por otro lado, O’Brian es la gran revelación aquí, la joven actriz se transforma en esta mujer fuerte, impresionante, ambiciosa, que es una bomba de tiempo y que sus músculos se van creciendo conforme consume esteroides y la violencia va escalando.

En resumen Glass nos vuelve a sorprender con una película fuera de la norma, cargada de una atmósfera tosca, sensual y al mismo tiempo intrigante. Donde sus dos actrices protagonistas lo dan todo, y deja al espectador fascinado y al mismo tiempo sorprendido al ver las rutas que toma la propuesta, especialmente en su acto final.

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