Benedetta | Review

La última película de Paul Verhoeven es un drama explotación de monjas cargado de provocación cuya belleza reside en la figura de su protagonista.

Benedetta (2021)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Paul Verhoeven
Reparto: Virginie Efira, Charlotte Rampling, Daphne Patakia, Lambert Wilson, Olivier Rabourdin y Louise Chevillotte
Disponible: VOD Google Play

Finalmente llegó el turno de hablar de una de las películas más controversiales del año: Benedetta, y sin dudas una de las más esperadas de este 2021. Paul Verhoeven, el veterano holandés (Elle , Instinto básico ), nos lleva de regreso al renacimiento Italiano del siglo XVII a un convento de clausura donde vive una monja llamada Benedetta, para hacer una crítica dura y sin pudor contra la iglesia, y para ello el director hará gala de muchos momentos que dejan al espectador sin poder dar crédito a lo que va viendo en pantalla.

Aquí vemos desde monjas sexuadas y serpientes enloquecidas hasta una plaga desenfrenada, cometas en el cielo, iconos religiosos convertidos en juguetes sexuales, herramientas de tortura ginecológica y gente quemada en la hoguera. Los detalles son salvajes, pero la presentación como una historia de prestigio es brillante, esto debido a que la obra carga con un diseño limpio, majestuoso y en todo momento de una manera bastante interesante.

Benedetta (Virginie Efira) es una mujer que desde niña supo que su vocación en esta vida era ser una monja (dicho personaje está basado en detalles de una historia real), quien afirma de tener una línea directa con Jesús y este le habla dándole mensajes, creando un caos tanto en el convento como en la jerarquía de la iglesia, especialmente porque dichas afirmaciones arrojan milagros o se ejecutan. Paralelamente también vamos viendo el intenso romance apasionado que tiene ella con una joven novicia, Bartolomea (Daphné Patakia).

Benedetta llega a Pescia como una niña confiada, con padres dispuestos a pagar la cantidad necesaria para que la Reverenda Madre (Charlotte Rampling) acepte reclutar a su hija y ésta pueda entrar en las Sagradas Órdenes. La niña inmediatamente provoca susurros de milagros cuando una estatua de la Virgen María cae sobre ella y sale ilesa (después de darle un beso rápido a su pezón expuesto). 

Dicho momento nos hace una introducción para abrirnos el camino a la historia de Benedetta adulta, quien entre todo se hace estigma, empieza a pregonar milagros y así llega al poder más alto del convento, haciendo que el personaje de Rampling se haga a un lado para permitir que Benedetta se convierta en la Reverenda Madre, pero las intrigas empiezan a correr los pasillos de dicho recinto y está última busca la ayuda de un representante papal (Lambert Wilson un roba escenas) para poder descubrir quién es Benedetta.

La relación entre Benedetta y Bartolomea desata el caos no solo en ellas, sino también en sus compañeras monjas y todos los habitantes del pueblo, no antes de que se hayan divertido con un objeto religioso reducido a un consolador. Lo que hace bastante interesante al filme es como Verhoeven mezcla tópicos actuales con intentos audaces de la época, especialmente en el tratamiento ambiguo de los milagros; el misterioso fluir entre lo espiritual y lo físico; y el miedo a las plagas y los acontecimientos celestiales.

La obra no es nada sutil, en ningún tema que busca criticar especialmente en como la iglesia se mueve en temas de dinero. Las escenas de sexo se adentran en el territorio de lo erótico con destellos de humor. Las provocaciones de Verhoeven se sienten hechas para generar emociones en los conservadores religiosos a gritos de sacrilegio. Sin embargo, en estos días, el Vaticano podría estar agradecido de que a alguien le importe la iglesia como lo hace el filme aquí. 

Benedetta, termina de funcionar por las actuaciones entregadas de sus actrices, especialmente por parte de Virginie Efira, quien se nota lo comprometida que estaba en el proyecto, haciendo que logres creerle a esta mujer su relación con Jesús, cosa que la película nunca termina de decirnos si fue verdad o todo fue mentira.

Benedetta, es un filme que busca generar emociones en el espectador para bien o para mal, y esto lo hace con una acumulación de placeres socavados con un guiño sardónico y algunos comentarios bastante obvios sobre el poder y la corrupción, y la fe, dejando la lógica o la profundidad de un lado y entregándose al entretenimiento culposo.

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