Ben Affleck interpreta a un hombre que está obsesionado con las infidelidades de su esposa, la seductora Ana de Armas en el desperpento regreso del aclamado director Adrian Lyne al cine.
Deep Water (2022)
Puntuación: ★½
Dirección: Adrian Lyne
Reparto: Ben Affleck, Ana de Armas, Kristen Connolly, Tracy Letts, Jacob Elordi y Finn Wittrock
Disponible: Prime Video
Sin dudas una de las películas que venía generando curiosidades o ruido desde que se anunció era Deep Water, por un lado, era el regreso al cine de Adrian Lyne, aclamado director por películas como Atracción fatal, Unfaithful o Flashdance y, por otro lado, todo lo ocurrido en torno a su pareja protagonista: Ben Affleck y Ana de Armas, cosa que para nadie era un secreto la relación que surgió dentro del rodaje y como terminó la historia.
Adicionalmente de esas referencias dentro de la cultura pop, era sabido que este filme generaba curiosidad, debido a que se tenía la pregunta de cómo Lyne iba llevar la novela de Patricia Highsmith al cine, especialmente por los tiempos que vivimos. La respuesta a esa pregunta la tenemos: salió muy mal.
Desde el primer momento notamos lo incómodo que se siente Affleck en el papel, desde ese momento sabemos que lo que viene todo está mal, ya que si una película abre con ese plano y lo que transmite el personaje es esa sensación el resto del metraje no va a levantar.
El legendario director británico Adrian Lyne ha regresado a la realización de películas después de un intervalo de 20 años con este thriller “erótico” de ritmo perdido que no sabe que quiere ser y, a veces, desconcertantemente editado ya que en ocasiones se siente como que faltan escenas que deberían explicar la historia (escribo esto todavía haciéndome varias preguntas, como ¿por qué dormían en camas separadas?, ¿por qué permitía que su esposa se acostará con otros hombres?, pero sobre todo ¿por qué aceptan vivir así, cuál es el beneficio de ambos?) que está basada en la novela de 1957 de Patricia Highsmith, que en 1981 había sido llevada al cine por Michel Deville con Jean-Louis Trintignant e Isabelle Huppert, esta vez Affleck y Ana de Armas son la pareja que viven en un matrimonio abierto, tóxico y luego asesinamente disfuncional.
Affleck interpreta a Vic Allen, un tipo que se hizo millonario al crear un apartó de tecnología, ellos viven rodeados de en un círculo de parejas atractivas acomodadas; y no hace mucho por la vida más que estar obsesionado por su joven esposa llamada Melinda, una mujer de espíritu libre, coqueta y que pasa teniendo aventuras extramatrimoniales. Si por lógica se saca, a ella le gusta tener una relación abierta, más la película nunca lo dice o lo menciona con alguna escena, y Vic le excita vivir así, pero en secreto se está enfureciendo cada vez más, el motivo no lo sabemos muy bien.
La trama gira en torno a las relaciones sexuales de Melinda con otros hombres y en como Vic se va volviendo obsesivo con ella, a tal punto que la cinta se va convirtiendo en un thriller que nunca seduce a nadie. La subtrama del vecino escritor no se siente genuina ya que no hay un desarrollo de personaje que la sostenga, simplemente está para ser un peón que mueva alguna intriga, que tampoco termina de funcionar.
La magia de Lyne, apenas se siente como destellos de que se podía hacer algo mejor, pero la historia apenas funciona sin mencionar lo poco ideal para la época que vivimos, nunca hay una crítica a las relaciones tóxicas y ¿cómo estás afectan a sus protagonistas?, no hay una psicología plausible, Tampoco hay momentos de tensión, cosa que debería existir en una cinta como está.
Lyne hace avanzar a la película de una manera tan desconcertante que nunca logra sentirse genuina, los dos protagonistas están en otro filme que no es esté. Ana de Armas, parece estar en un comercial de perfume, mientras que Affleck se siente salido de la burbuja de Batman, pone esa cara que le hicieron en esa famosa entrevista.