El reino animal | Review

Thomas Cailley logra con maestría crear una película arriesgada que mezcla lo fantástico y la realidad moderna; una obra apasionante y, en muchos sentidos, una parábola sobre la tolerancia y el paso a la adultez.
FICM 2023 | El Reino Animal (2023)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Thomas Cailley
Reparto: Romain Duris, Adèle Exarchopoulos, Paul Kircher y Tom Mercier

La nueva película de Thomas Cailley, es una mezcla de géneros audaces y completamente fascinante. Inspirada a partir de un guion original de la guionista Pauline Munier, esta es la historia de un padre e hijo ambientada en un trasfondo de pesadilla donde los humanos están viviendo mutaciones en formas de animales, haciendo que la película se sienta un poco post apocalíptica, y al mismo tiempo caminando hacia una vena de horror corporal a lo David Cronenberg.

En un aparentemente futuro cercano, una condición misteriosa está provocando que las personas se transformen en animales, como la criatura que hace una aparición explosiva en la secuencia inicial. Otra víctima es una mujer llamada Lara, esposa del chef François (Romain Duris) y madre del adolescente Emile (Paul Kircher). Padre e hijo se mudan al sur de Francia para estar más cerca de Lara, actualmente internada en una facultad para “bichos”, como los llaman los humanos antipáticos y temerosos. François consigue un trabajo en un restaurante local, mientras que Emile se instala en una nueva escuela, donde hace una conexión prometedora con su compañera de clase Nina (Billie Blain).

La vida de los protagonistas y del pueblo se complica cuando un grupo de híbridos animal-humano se escapan luego de un accidente, entre los del grupo se encuentra Lara, así que François está decidido a ingresar al bosque en busca de su esposa perdida. Mientras tanto, Emile nota que su oído se está volviendo más agudo y sus uñas un poco más afiladas, lo que nos deja en claro que está viviendo la mutación, lo que en un principio le genera desconcierto al final se va sintiendo cada vez más atraído por su nueva y extraña raza, que ahora son sus vecinos, en particular, se logra vincular con birdman Fix (Tom Mercier). Por otro lado, François se une a la simpática policía local Julia (Adèle Exarchopoulos).

Gran parte de la trama puede sentirse muy familiar: criaturas híbridas como en La Isla del Dr. Moreau, transformaciones corporales repugnantes como en The Fly, incluso indicios de superhéroe al estilo X-Men, sin embargo, es la astucia con la que la película entrelaza sus tropos ambiciosos y profundos, ya el aspecto visual es solo un recurso para explorar las emociones de su joven protagonista. Aunque la historia se centra principalmente en un solo lugar, una ciudad rodeada de frondosos bosques, la puesta en escena y la fotografía de paisajes transmiten una sensación cada vez más cósmica de un mundo natural que reescribe sus reglas frente a la incomprensión humana. 

La película habla de varios temas provocativos, como la idea de que la naturaleza se reprograme así misma debido a las catástrofes climáticas, la sugerencia de que tal vez tengamos que prepararnos para un orden posthumano, así como todo este concepto sea una metáfora sobre la intolerancia de las personas hacia los que son diferentes, o que el desarrollo de Emile sea otra metáfora sobre sus cambios emocionales y físicos de su cuerpo hacia una etapa más adulta. 

Duros ofrece un trabajo correcto como este padre de familia que no sabe lidiar con la enfermedad de su esposa y los cambios emocionales de su hijo, pero su personaje queda muy relegado, mientras que Exarchopoulos es por momentos tierna, y en otras contundente, aunque su rol queda infrautilizado en la trama. Un Mercier transformado protésicamente y casi irreconocible, ofrece una actuación atlética y sorprendente como Fix, un fugitivo ornitológicamente mejorado; pero está película es de Kircher, el joven actor se apropia de la película creando un trabajo tierno y sincero, a veces torpe y en última instancia atormentado sobre lo que es la vulnerabilidad adolescente, para ello recurre a sus expresiones y gestos, y así transmitir sus miedos y alegrías. En Winter Boy demostró su lado más duro y sensual, siendo toda una revelación, pero aquí en El Reino Animal demuestra que ese trabajo anterior no fue una casualidad o algo pasajero, sino más bien que apenas está demostrando que nos va a sorprender cada vez más.

El Reino Animal se presenta como una obra inquietante y escalofriante, compuestas con sobresaltos emocionales, pero gradualmente compuestos por momentos poéticos y tiernos. Cabe mencionar el trabajo cuidadoso de los efectos visuales y el uso de las prótesis a la hora de crear los diseños de las criaturas. El trabajo de sonido y efectos es impecable en todos los aspectos, con un grado de perfeccionismo que muestra que la película va varios niveles más allá del estándar habitual para un producto de género francés.

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