Los nominados al Oscar Paul Mescal y Saoirse Ronan intentan salvar una película aburrida y torpe de ciencia ficción que involucra un reemplazo robótico para un marido, pero nunca termina siendo suficientemente atractiva.
FOE (2023)
Puntuación: ★★
Dirección: Garth Davis
Reparto: Paul Mescal, Saoirse Ronan y Aaron Pierre
Disponible: VOD Google Play
Basado en el libro de Iain Reid, quien coescribió el guion junto con el director Garth Davis (Lion), Foe es un filme distópico ubicado en el año 2065, donde el agua y la tierra fértil se han convertido en los recursos más importantes de la tierra. El medio oeste de Estados Unidos, asolado por el calor y la sequía, y un ambiente árido, vive una pareja que lucha por superar una terrible tensión, cuando el esposo llamado Junior interpretado por Mescal será reemplazado por una réplica de IA mientras él está fuera de la tierra para un experimento en una estación espacial del gobierno.
Esa es sin dudas la premisa del filme, y todo indicaría que sería una cinta lo bastante interesante, pero Foe, protagonizada por Paul Mescal y Saoirse Ronan como un matrimonio reclutado para un programa de asentamiento fuera del planeta. El concepto suena como un episodio de Black Mirror y, de hecho, la película nunca escapa de la larga sombra de la serie, toda está trama tiene ecos del superlativo episodio de 2013 Be Right Back, protagonizado por Domhnall Gleeson como un facsímil de IA del difunto novio de Hayley Atwell.
La primera mitad de la película evoca una vibra siniestra y solitaria, aunque no mucho en términos de historia. Aislados en una granja del siglo XX azotada por tormentas de polvo y calor, Junior y Henrietta (Ronan) se ganan la vida a duras penas. Él trabaja en una granja de pollos industriales, representados de manera creíble y desagradable; ella trabaja en un restaurante y toca el piano en el sótano de la casa.
Una noche, un representante del gobierno portentosamente afable llamado Terrance (Aaron Pierre) aparece en un automóvil con noticias extrañas: Junior ha sido reclutado al azar para un experimento de vida extraterrestre, mientras la Tierra está muriendo tal como está. Un año después, regresa para mudarse, observar, entrevistar y provocar a la pareja en las semanas previas a la misión, en parte para ayudar a crear el mejor reemplazo posible para Junior. En sí, esa es básicamente la película.
Terrance interrumpe el frágil entendimiento mutuo de una pareja ya tensa, en medio de una vieja casa chirriante y paisajes estériles. (La cinta fue filmada en Victoria, Australia). Realmente no hay mucha chispa en la pareja, y solo la vemos cuando los actores buscan evocar los mejores intentos para de infundir una narración un poco más creíble, ya que el guion se siente disperso y falta de emoción. Mescal y Ronan, logran proyectar los estados frágiles y al borde del abismo, incluso dolorosos y sensibles que sienten estos personajes. Pero el acento del Medio Oeste que cargan ambos se tambalea entre lo casi irlandés y lo rural. (Sin embargo, a Ronan le va mejor; para ser justos).
Los dos protagonistas hacen lo mejor que pueden aquí, pero ni siquiera ellos pueden sacar suficiente sentimiento de esta desolada ciencia ficción. Hay muchas cosas que no logran tener sentido durante y después de 108 minutos: por qué en el año 2065, Junior conduce una camioneta destartalada de los años 90; por qué el escenario y el vestuario son de estilo de mediados de siglo, una extraña combinación de pieza futurista y de época que nunca se fusiona; por qué se eligieron a Junior y Hen; por qué el gobierno de Estados Unidos envía a un británico como representante para experimentos científicos fuera del planeta; por qué Terrance hace casi cualquier cosa; por qué la película se llama Foe. Muchas preguntas, cero respuestas. Sin mencionar el giro tonto y predecible del acto final, uno que deshace cualquier tensión que quedara, haciendo que la cinta termine cayendo lamentablemente en un tono cómico.