La nueva película de Gabriele Mainetti intenta ser una mezcla de entretenimiento con una reflexión sobre la diversidad, pero nunca termina desarrollar sus ideas.
Freaks Out (2021)
Puntuación: ★★½
Dirección: Gabriele Mainetti
Reparto: Franz Rogowsk, Claudio Santamaria, Aurora Giovinazzo, Pietro Castellitto, Giancarlo Martini y Giorgio Tirabass
Disponible: VOD Google Play
Por dónde empezar con “Freaks Out”, sin dudas era de una de las películas con mayor curiosidad que le tenía desde su estreno en el pasado festival de Venecia, pero se ha convertido en una de las grandes decepciones del año. Aquí lo que tenemos es una travesura de fantasía durante la época nazi con adornos de circo y una reflexión que nunca termina de calzar. El largometraje del director italiano Gabriele Mainetti ambientado en 1943 en la Roma ocupada por los alemanes donde un grupo de personajes con habilidades especiales se aleja totalmente de su tono fantástico para apuntar a una seriedad que busca tener una reflexión que nunca termina de calzar.
Al inicio conocemos a Israel (Giorgio Tirabassi) un maestro de un circo, que además es la figura paterna de una pequeña compañía de artistas, compuesta por cuatro fenómenos. Se trata de un superfuerte hombre lobo (Emilio De Marchi), un albino que puede controlar a los insectos, Cencio (Pietro Castellitto), un enano con poderes magnéticos llamado Mario (Giancarlo Martini) y la estrella del espectáculo, una hermosa joven llamada Mathilde (Aurora Giovinazzo) que es eléctrica. No puede permitir que nadie la toque para no electrocutarlos y usa unos guantes rojos como protección.
En paralelo tenemos a Franz (Franz Rogowski, lo mejor de película), un nazi de seis dedos, adicto al éter que lo ayuda a tener visiones sobre el futuro, además de ser virtuoso tocando el piano. Este dirige su propio circo donde realiza experimentos sádicos a sus artistas. En una de las primeras escenas, vemos cómo golpea con un mazo el cráneo de un hombre con branquias enfurecido por la incapacidad del hombre para respirar en un casco de buceo lleno de agua.
Cuando vemos a Franz viajar a sus visiones, el filme hace cosas absurdas que rompen la cuarta pared, guiña un ojo a la audiencia mientras sus sueños ven el futuro de Alemania que se complementan con cameos de un control de PlayStation o un iPhone. En otro guiño a los espectadores, una de las composiciones para piano “originales” de Franz es una versión melódica de “Creep” de Radiohead.
Después de que uno de los circos de la trama es bombardeado, Wolf, Cencio y Mario se dirigen a ver si Franz los contratará. Mathilde se niega a ir con ellos y, en cambio, busca a Israel, que es judío y desapareció. Ella une fuerzas con un grupo de vigilantes que habitan en el bosque llamados, prepárense, “Los diablos lisiados”. Su líder lleva un registro de los nazis que ha matado y alienta a Mathilde a usar su habilidad especial para freír a algunos alemanes.
Todo lo comentado parece interesante, y lo es; el problema que es el filme se empieza a llenar de tramas secundarias, de personajes secundarios y escenarios donde apenas hay tiempo para considerar cómo encaja o no en la trama principal, mientras que los nazis son dibujados como villanos sacados de una caricatura. Menospreciar a los nazis siempre es un movimiento audaz, algunos aciertos y otros errores, y aunque “Freaks Out” no cae de bruces, tampoco hace como aprovechar ese recurso de humor negro que propone.
Lo peor de todo, es como la obra trata a sus personajes y como intenta crear una reflexión que nunca termina de funcionar cuya narrativa ya hemos visto en varias películas. La decisión de hacer una película sobre “monstruos” es superficial, aparentemente concebida para permitir imágenes como un enano completamente desnudo con una polla sorprendentemente grande girando en una rueda de ejecución, entre otras, dejando ver que la película no solo es una metáfora sobre explotación nazi sino también una explotación de la discapacidad.