Nos llega la secuela de la entretenida continuación cinta de Rian Johnson del 2019, que trae de vuelta a Daniel Craig, el mismo cóctel de giros inesperados y misterio, aunque menos potente y sin menos estrellas.
Glass Onion: Un misterio de Knives Out (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: Rian Johnson
Reparto: Daniel Craig, Edward Norton, Kate Hudson,Janelle Monáe, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr., Jessica Henwick, Madelyn Cline, Dave Bautista y Ethan Hawke
Disponible: Netflix
En el año 2019 el cineasta Rian Johnson le dio un giro refrescante al famoso género llamado whodunnit con la cinta Knives Out, cinta que ayudó a relanzar un género, uno que había estado inactivo durante décadas. Fue la prueba secundaria, después de que la nueva versión plana pero más comercial de Asesinato en el Orient Express, y es así como las multitudes estaban ansiosas por seguir jugando al detective, al puro estilo de Agatha Christie, esos dos éxitos dieron pie a que aparecieran más películas y series como Only Murders in the Building, See How They Run, The Afterparty, entre otras, lo cual veremos que ocurre en los próximos años.
Está nueva parte sigue las mismas líneas vistas en la primera parte, y para mantenerlas tenemos al mismo detective, en una ubicación diferente, lo que le brindaba a Johnson varias posibilidades ilimitadas de libertad creativa. En su secuela absurda y absurdamente titulada Glass Onion, el idiosincrático detective de Daniel Craig, Benoit Blanc, se dirige a una isla privada con un nuevo grupo de sospechosos mucho más ridículos que los anteriores y por supuesto tenemos un asesinato, incluso bastante idiota.
A diferencia del original, sería un spoiler incluso mencionar de quién es la muerte que se está investigando, una trama aún más retorcida que requiere una revisión más. Lo que se puede compartir es que involucra a un magnate tecnológico ostentoso, interpretado por Edward Norton, quien invita a un grupo de viejos amigos, incluidos Kate Hudson (que se roba la película), Janelle Monae, Leslie Odom Jr, Kathryn Hahn y Dave Bautista, a su retiro de lujo durante el fin de semana para que puedan participar en un juego de misterio de asesinatos.
Como es habitual en las secuelas, Johnson ha optado por algo más grande y atrevido, una generosa porción de los 469 millones de dólares que Netflix pagó por los derechos de las secuelas que se desperdicia en la indulgente locación apabullante. Aquí tenemos ahora imágenes más brillantes alejadas de los grises que tenía la primera, un vestuario llamativo y un diseño de producción a la altura de los costos que Netflix está invirtiendo.
La primera Knives Out se basó en una reversión temprana que cambió toda la película y nuestras expectativas de cómo se hace un whodunnit, por lo que en esta secuela tiene mayor conciencia de ese detalle, por lo cual un simple asesinato misterioso no sería suficiente. El tramo de apertura está tan repleto de todo, desde referencias a la cultura pop hasta bromas internas, huevos de Pascua y cameos sorpresa, que pasa de ser divertido a agotarse demasiado rápido, haciendo que el guión refleje una sensibilidad y un sentido del humor muy en línea, que se va agotando poco a poco.
Tenemos demasiados chistes y trucos que en ocasiones se sienten repetitivos como la kombucha de Jared Leto, la salsa picante de Jeremy Renner, la clase de ejercicios de Serena Williams, o el personaje que anda en la isla como tonto, y aunque algunos aterrizan, hay otros demasiados que no logran sacarte ni una risa.
Lo que hacía atractiva a la primera entrega era que pese a tener sus vuelos de fantasía exagerados, todavía estaba algo arraigada a una realidad reconocible. En cambio aquí se siente que estamos más lejos incluso de la propia isla, de una realidad de fantasía, que aunque es mucho más divertida, más salvaje y tonta, el exceso puede parecer un poco… excesivo, hace que la realidad que se sentía en la uno, aquí se siente perdida.
Lo mejor todo este circo, es ver lo divertido que está Craig, incluso si usarlo de manera más central lo hace un poco menos efectivo; por otro lado, el elenco que lo acompaña tiene un vataje notablemente más bajo, donde la que sale mejor parada es Kate Hudson, que está totalmente entregada a la comedia, donde interpreta a una modelo frecuentemente cancelada, debido a que tiene un hábito para decir y hacer las cosas mal.
Glass Onion es una secuela extravagante y, a menudo, indulgente que probablemente encontrará a aquellos que la prefieran al original, pero que al final es super entretenida.