Halloween: La noche final | Review

Jamie Lee Curtis sigue dando vueltas por Haddonfield en la decimotercera y (uno espera) última película sin inspiración de la franquicia que caba su tumba con la peor de la trilogía.

Halloween: La noche final (2022)
Puntuación: ★★
Dirección: David Gordon Green
Reparto: Jamie Lee Curtis, Will Patton, Andi Matichak, Rohan Campbell, Kyle Richards, Omar Dosey y Nick Castle
Disponible: Estreno en cines

Primeramente antes de entrar en materia, quiero saber cuál es la explicación lógica y racional para que nos hayan dado una película llamada Halloween Kills cuando dicha trama literalmente no afecta nada pero nada lo que vemos en Halloween: La Noche Final, ya que lo nos deja es un relleno sin sentido que no va a nada y que literalmente puedes vivir sin verla y ver esta tercera parte.

Halloween: La Noche Final es una cinta que pesé tener una idea interesante, es algo que jamás se venía hablando en su saga y mucho menos lo que intenta explicar aquí tiene sentido con lo construido en la uno y mucho menos en la dos, que como dije esa segunda película para la producción de esta tercera no existe. Dirigida por David Gordon Green, con quien escribe junto a Danny McBride, nos entregan el episodio de la saga menos inspirado que se pueda imaginar, y no digo que no haya cosas interesantes o aceptables, pero es que la cinta saca la bola del estadio muy fuerte.

La película abre con un salto temporal injustificado sin cerrar correctamente los hechos de la segunda parte. Como ocurrió en la entrega anterior, nos muestra otro nuevo puñado de personajes dando vueltas en la ciudad de Haddonfield, Illinois, el lugar de toda la carnicería. Jamie Lee Curtis está de regreso como Laurie, quien originalmente se enfrentó al asesino demoníaco Michael Myers en 1978. Ha sobrevivido a innumerables incursiones del aburrido enmascarado y ahora es una abuela que escribe sus memorias, especialmente sobre su lucha con Myers.

Laurie vive con su atractiva nieta Allyson (Andi Matichak), quien también luchó contra Myers en la última película. Entre los personajes que vamos viendo esta Lindsey (Kyle Richards), una de las adolescentes de la primera película (la original), ella trabaja en un bar y también vuelve Frank Hawkins (Will Patton), el oficial que arrestó a Myers en la versión de 2018, ahora retirado, y está enamorado de Laurie. Y, por supuesto, vuelve el propio Myers, que sigue prófugo lo que es bastante desconcertante, y no tiene sentido debido a lo que ocurrió en la segunda parte, pero que el guion no se molesta en explicar eso y otras muchas otras cosas.

Pero entre todo el variopinto de personajes nuevos destaca uno llamado Corey Cunningham (Rohan Campbell) un joven traumatizado y amargado después de haber sido culpado injustamente por la muerte de un niño al que cuidaba. Malhumorado y alejado de la comunidad, descubre al legendario asesino escondido en un pequeño y extraño agujero en las afueras de la ciudad, pero sin explicación lógica incluso dentro del universo de la franquicia, Myers lo deja vivir y ve algo en él, en un sin sentido más ilógico todavía, el asesino se vuelve maestro de Corey, para darle más dolor de cabeza al espectador Allyson, que también está de mal humor, comienza una relación con el chico.

De verdad, ¿este es el final de la saga?, lo digo así debido a todo lo malo que hay en ella, está muy mal tratada la trama, por un lado para que construye dos películas donde su línea temporal es el mismo día, si la tercera parte va a saltar cuatro años. Sí, a eso le sumamos que el misterio de Myers se ha desinflado, y cuando lo desenmascaran, la cámara no se molesta en mostrarnos su viejo rostro sin sentido. Siendo muy sinceros, la entrega de Jamie Lee Curtis merecía algo digno y mejor, la escena de la pelea en Laurie y Myers es corta, rápida y le falta fuerza.

 

 

 

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