Jeanne du Barry | Review

El enamoramiento de Luis XV por una cortesana atrevida y sexy interpretada por Maïwenn, que también escribe y dirige, es un espectáculo visual que cuenta con Johnny Depp como el rey.
Jeanne du Barry (2023)
Puntuación: ★★★
Dirección: Maïwenn
Reparto: Maiwenn, Johnny Depp, Benjamin Lavernhe, Pierre Richard, Melvil Poupaud, India Hair, Pascal Greggory y Marianne Basler
**Vista en screening**

La historia de Jeanne Du Barry, no es nada nueva en el cine, ya la hemos visto en varias ocasiones cuando nos cuentan el relato de la reina Maria Antonieta principalmente, solo que en esta ocasión Maïwenn la coloca como el personaje principal y nos cuenta la historia desde su mirada, lastimosamente la actriz y directora nos vuelve a contar lo mismo, la aventura de la Du Barry con Luis XV, que pese a darle una perspectiva algo diferente la historia es la misma, y lo que es realmente interesante, que es conocer lo que ocurre después de la muerte del rey nos lo cuenta una voz en off. 

Jeanne Du Barry es un filme relativamente elegante sobre la clase social del palacio de Versalles, donde se nos va a contar el ascenso y caída de la condesa Jeanne Du Barry, cuyo personaje principal, es interpretado por la directora y coguionista Maiwenn, quien siguiendo con sus ideales y su forma de ser, apostó por incorporar en sus filas al estadounidense Johnny Depp para interpretar al rey Luis XV; una apuesta muy arriesgada, no solo por lo que rodea al actor en el plano de su vida personal, sino porque es una elección inusual, aparte que aquí no se percibe una química entre los protagonistas, pero, hay algo agradable que se puede rescatar, a pesar de que la película no es grandiosa ni memorable, pero el poder de la historia y algunas de las actuaciones la compensan. 

La cinta nos cuenta los orígenes de la favorita de Luis XV, esta fue una hija ilegítima de un monje y una cocinera, quien aprendió buenos modales y recibió una buena educación gracias a la ayuda de algunos aristócratas clave para quienes trabajaba su madre soltera. Su aprendizaje de los libros (se nos muestra que le encantaba leer y era tan experta en ortografía y gramática que podía ser tutora de jóvenes bien nacidos) la ayudaron a comprender la hipocresía de la sociedad y el mantenimiento de las apariencias. Jeanne, en sí se crió en un convento de monjas, pero cuando deja su refugio conoce las costumbres del libertinaje y se gana la reputación de hábil cortesana. Está claro que Jeanne realizará cualquier acto sexual y se someterá al mismo, pero hay que reconocer que la cineasta nunca la retrata de forma grosera o lasciva, siempre busca respetar al personaje.

La vida de Jeanne cambia cuando conoce al conde du Barry (Melvil Poupaud), con quien hace un trato. Ella usará sus encantos para ascender en la escala de amantes cada vez más ricos, ayudando a mantener su familia, situación que la lleva a conocer al duque de Richelieu (Pierre Richard), que al conocer los encantos de la mujer decide que Jeanne tiene que conocer al rey, y en un plan entre los tres la joven cortesana termina en Versalles.

Desafiando los protocolos y las recomendaciones, Jeanne logra seducir al rey pese al revuelo que causa su presencia en el palacio. Es verdad que Maïwenn relata la historia que muchos conocemos, pero hay algo que la hace un poco diferente. Esta es la historia de dos personas que llegan a estar juntas, pero que son objeto de burla todo el tiempo, porque estamos a finales del siglo XVIII y el escenario es Versalles, para muchas personas del palacio (y también estudiosos historiadores) Jeanne fue una puta ignorante. Pero Maïwenn les da una bofetada y nos deja en claro que la mujer puede que haya sido una ramera, pero no una mujer ignorante. Entre ser una sirvienta y una ramera, encuentra mejores ventajas en el campo de la prostitución.

La cinta nos cuenta que Jeanne está muy apegada al hijo de Du Barry, Adolphe, y también al hijo del rey, Louis (quien más tarde se casará con María Antonieta y descubrirá que el pueblo quiere que sus cabezas no permanezcan pegadas al cuello). Hay un chiste hacia un niño negro que llega al palacio, que se puede ver un poco mal gusto, pero comprendiendo el retrato que hace la cinta, digamos que se puede entender. Claramente, la cinta aborda el conflicto que tuvieron la cortesana del rey y María Antonieta.

Las actuaciones son más que correctas, como Depp al interpretar al rey, Maiwenn se desenvuelve razonablemente bien, pero es Benjamin Lavernhe quien entrega la mejor interpretación del filme como el valet del Rey, La Borde.

Si algo vale la pena de ver este filme, es su puesta en escena, que incluye suntuosos escenarios del famoso palacio de Versalles, dándonos unos planos espectaculares muy bien filmados, además de la belleza del vestuario. Por otro lado, el guion es muy superficial, y algunos personajes secundarios se pierden en la narrativa que construye. 

Como dijimos, Maïwenn busca darle una justicia a un personaje que siempre ha sido maltratado por los historiadores, y ciertamente cumple su objetivo, pero no termina de funcionar de la mejor manera, y algunas decisiones pese a hacer arriesgadas no le ayudan.

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