Filme de horror ambientado en Tailandia que ofrece una intrigante historia de posesión debilitada por la extensión excesiva, pero con ángulo bastante laborioso que deja sentimientos encontrados.
La médium (2021)
Puntuación: ★★★
Dirección: Banjong Pisanthanakun
Reparto: Narilya Gulmongkolpech, Sawanee Utoomma, Sirani Yankittikan, Yasaka Chaisorn, Boonsong Nakphoo y Bella Boonsang
Disponible: Estreno en Cines
El director de la película original de “Shutter” regresa al cine del terror con una cinta por mucho ambiciosa e intrigante sobre chamanismo tailandés en un formato de falso documental que busca mostrar un realismo casi mágico sobre las creencias de la cultura de ese país con respecto a temas de espíritus y todo lo que rodea al ser humano.
La especificidad cultural que tiene la cinta le aporta cierta frescura a una historia que ya se ha visto cientos de veces, pero al mostrar una nueva forma de creencias ayuda que el espectador esté atento a lo que ocurre, aunque la cinta termine siendo demasiada larga para lo que está contando, peca bastante cuando se aleja del tema paranormal y se concentra en los problemas familiares.
“The Medium” comienza como un documental simulado sobre las prácticas espirituales de la gente de Isan en el noreste de Tailandia. Un equipo de cineastas observa las prácticas chamánicas y se han interesado especialmente en Nim (Sawanee Utoomma), una costurera de mediana edad que también es el recipiente elegido para un espíritu ancestral que ha “protegido a los aldeanos durante mucho tiempo”. Este trabajo ha pasado de una mujer a otra en su familia, pero supuestamente por elección del espíritu, no de ellos. De hecho, dice, la hermana mayor Noi (Sirani Yankittikan) fue seleccionada originalmente por la diosa Ba Yan, pero ella rechazó el don.
Desde entonces, las dos mujeres no se han llevado particularmente bien, con su hermano Manit en medio de las dos mujeres. No obstante, Nim viaja al funeral del esposo de Noi, quien murió repentinamente. Noi y su hija adulta Mink comparten una casa con Manit y su esposa Pang, ellos tienen un pequeño hijo recién nacido.
Mink se ha convertido en una belleza. Pero su comportamiento durante los días de luto es bastante peculiar, a veces inusualmente extraño. Nim pronto decide que su sobrina está poseída por un espíritu, cosa que la madre no quiere escuchar. Sin embargo, la conducta de Mink se vuelve cada vez más alarmante, convenciendo a la tía de que este no es un espíritu “bueno”, como el que ella guía. Cuando Noi finalmente acepta la realidad entra en acción presa del pánico y solo empeora las cosas.
Lo que sigue después de una introducción bastante alargada es una acumulación de sucesos antinaturales grabados tanto por el equipo ficticio del documental como por las cámaras de vigilancia al estilo de “Paranormal Activity”, sin buscar la manera de profundizar en los comportamientos de Mink, simplemente lo que hace el filme es ver imágenes de sus travesuras demoníacas y poner ojos en blanco y movimientos corporales. En otros términos crear postales que simplemente sean chocantes.
El filme crea varios momentos brillantes que generan impacto, llevando su trama más allá de lo que esperabas lo cual es lo bastante bueno, al mismo tiempo, el ritmo enérgico de Pisanthanakun de alguna manera no genera mucho suspenso acumulativo, y su atmósfera no es tenebrosa, esto principalmente al ser al filme en falso documental pierde ese factor, lo cual hace preguntar como hubiera salido el filme de no utilizar ese recurso ya explotado.
Quizás hay demasiadas ideas aquí, pocas de ellas novedosas y ninguna lo suficientemente aterradora como para mantener tensas dos horas, pese tener varios momentos cumbre. La partitura original de Chatchai Pongprapaphan proporciona algo de horror atmosférico, al igual que los interiores ocasionales donde ocurren los eventos. Las actuaciones son generalmente sólidas, pero al ser un “documental” ese detalle no tiene suficiente peso.