Con un elenco repleto de estrellas emergentes y el respaldo de Steven Spielberg y Tom Hanks, esta emocionante serie recoge el testigo de ‘Band of Brothers’ y ‘The Pacific, y está a la altura de esas dos.
Masters of the Air es la nueva, enorme y épica obra sobre la Segunda Guerra Mundial, que lleva más de una década en desarrollo, y que está compuesta por varias estrellas emergentes como Austin Butler, Callum Turner o Barry Keoghan. La misma sigue el testigo de Band of Brothers y The Pacific, pero traslada la historia de la tierra y el agua al cielo. Steven Spielberg y Tom Hanks son los productores ejecutivos, mientras que Dee Rees y Cary Fukunaga se encuentran entre sus directores. La serie es una adaptación del libro del mismo nombre de Donald L. Miller.
Esta nueva miniserie las puedes ver en Apple TV+, y como muchas series de la plataforma, el ruido ha sido mínimo, y es una lástima, ya que se perfila que será una de las grandes series de este año, no solo por lo que cuenta, sino también por su calidad impresionante. A lo largo de sus nueve episodios, seguimos a varios hombres estadounidenses que pertenecen al grupo de bombarderos número 100 mientras emprenden peligrosas misiones aéreas.
La lista de reparto es tan grande que los créditos están llenos de tomas de actores que ni siquiera conocemos hasta muy, muy avanzada la serie (Ncuti Gatwa y Bel Powley, por ejemplo), pero en el centro de todo está el dúo inseparable de amigos Mayor Gale ‘Buck’ Cleven y Mayor John ‘Bucky’ Egan, interpretados por Austin Butler y Callum Turner, respectivamente. Bucky es un agitador y un bebedor que lucha con pasión, mientras que Buck es sólido, tranquilo y atempera el fuego de Bucky. Ambos actores son fenomenales y la química entre ellos es impresionante, ya que dicha relación es el corazón de la serie, y sin dudas el actor británico brinda algunos de los toques más humanos de la serie. Desde el inicio, sabemos rápidamente que sus misiones están llenas de peligros, y cada vez que parten, no hay garantía de que regresen.
Se podría pensar que esto haría difícil apegarse a cualquiera de los personajes, y que un espectador inteligente intentaría evitarlo, pero esto está lejos de ser el caso. Los apegos emocionales son crudos y casi inmediatos. Más adelante en la serie, se nos dice que muchos de los que sobreviven se niegan a conocer a la nueva generación más joven; saben lo que es perder amigos. Toda esa atmósfera de peligro es tan emocionante como terrible. Esa es parte de la razón por la que algunos de los hombres pueden subir una y otra vez, a pesar de que la muerte se cierne sobre cada avión.
A medida que avanza la serie, la atención se centra en el conjunto: el duro Curtis Biddick (un Barry Keoghan inusualmente serio), el heroico Robert ‘Rosie’ Rosenthal (Nate Mann, excelente) y el transgresor Robert Daniels (Ncuti Gatwa, infrautilizado). La serie te permite apegarse lo suficiente a estos personajes antes de que comiencen a sufrir bajas en cantidades impactantes.
Sobra decir que las batallas aéreas son espectaculares, se nota que han gastado cientos de millones de dólares en ello; pero no solo es lo brillante que se ven, sino también porque cada batalla está rodada fantásticamente, y logran transmitir el miedo, el terror y el peligro de cada misión área. Cuando nos dicen que falta un minuto hasta que alcancen el objetivo de las bombas, se convierte en el minuto más largo y es horrible y estremecedoramente tenso. Es sangriento y desgarrador, pero nunca pierde de vista su humanidad.
Sin embargo, lo que más llama la atención de Masters of the Air es lo anticuada que es, a pesar de los logros técnicos del momento que sin duda vienen con un presupuesto muy bien utilizado. Si es grandiosa, pero muy tradicional también, realmente eso tampoco es malo. De hecho, esto queda superevidente en sus créditos iniciales, que son muy acompañados con una música orquestal arrolladora, cielos tormentosos, tomas en cámara lenta de personajes saludando, marchando, mirando a lo lejos mientras el viento golpea su cabello perfecto, niños pequeños mirando con nostalgia al cielo. Todos esos momentos evocan a una nostalgia arrolladora, una obra que parece sacada de finales de los noventa.
Inevitablemente, todo esto viene acompañado de un cierto patriotismo estadounidense que es de vomitar, lo que nos recuerda que estamos viendo una historia desde una perspectiva estadounidense triunfalista; incluso en el episodio final ofrece un momento de patriotismo literal que incluye la bandera estadounidense. Pero pese a tener ese detalle descarado, Masters Of The Air recuerda de vez en cuando que hubo otros países que lucharon con los aliados en la Segunda Guerra Mundial, aunque muchos son representados en gran medida a través de estereotipos o clichés.
Dejando a un lado esas objeciones menores, Masters Of The Air es otro éxito televisivo de gran éxito: una lección de historia deslumbrantemente vital que reúne la mejor tensión, drama y emoción como fue Band Of Brothers.