Árida, repleta de diálogos minimalistas que cargan su propia maravilla creativa y con una Tilda Swinton en un estado contemplativo, el nuevo largometraje del tailandes Apichatpong Weerasethakul es todo un reto para el espectador.
CRFIC 2022 | Memoria (2021)
Puntuación: ★★★
Dirección: Apichatpong Weerasethakul
Reparto: Tilda Swinton, Daniel Giménez Cacho, Jeanne Balibar, Juan Pablo Urrego, Elkin Díaz y Daniel Toro
“Memoria” es sin dudas una película digna para cualquier festival; estrenada en el Festival de Cannes y vista en la nueva edición del CRFIC, la última obra del maestro Weerasethakul es lo que muchos llaman “cine de arte”, desde su textura árida, sus largos diálogos minimalistas que cargan su propia maravilla creativa dejan ver la falta de fluidez natural mientras Tilda Swinton en un estado totalmente contemplativo va diciendo sus palabras que suena como un robot. Pero siendo sinceros, Memoria es una película bella y misteriosa, cuyo secreto se mueve en las ideas que plantea.
Apichatpong vuelve con sus largas tomas silenciosas y planos fijos, que para quien no conozca la forma de crear su cine provocará sensaciones de aburrimiento en la sala de cie; además las opiniones pueden dividirse sobre el intrigante final de epifanía de ciencia ficción. Incluso ahora no estoy seguro de lo que pienso al respecto. Pero la originalidad y audacia de un cineasta como este nunca hay que pasarlo por alto.
Weerasekathul es un artista que exige ya que en cada obra suya el misterio siempre está presente, especialmente a sus cuestionamientos sobre la vida y la existencia, detalles que vuelven a ver la luz en Memoria.
El filme es la primera película que Weerasethakul rueda fuera de Tailandia y con un elenco no tailandés. La historia transcurre en Colombia, y Tilda Swinton es su protagonista, ella es una mujer inglesa que vive en Medellín y dirige un negocio de jardinería; ella está en Bogotá visitando a su hermana Karen que está internada en el hospital debido a una misteriosa afección respiratoria. Una noche, Jessica se despierta de un sueño por una extraña explosión sónica. ¿Qué está pasando? No hay obras de construcción cerca. Y aparentemente solo Jessica puede escuchar este sonido, incluso lo vemos durante una cena en un restaurante.
Dichos sonidos parecen ser presentimientos o síntomas de algún cambio profundo, y ella ha sido señalada como la única persona consciente de ellos: una extraña anunciación. ¿Puede tener esto algo que ver con los huesos antiguos que se han desenterrado en la ciudad? ¿O es que Jessica está entrando en una crisis que incluso la llevan a solicitar una medicina para controlar delirios?, las respuestas no están directamente claras pero la interpretación salta cuando inician los créditos finales.
La primicia y las ideas son más que interesantes, pero su letargo narrativo no justifica la duración, y la contemplación de sus planos gratuitos tampoco; lo peor de todo es ver a Swinton un tanto reprimida e inexpresiva, haciendo ver que no entiende claramente las frases que dice ya sea porque están en español o realmente la actriz no logra comprender que quiere decir la prosa escrita por el mismo Apichatpong Weerasethakul.
Memoria es una experiencia que se construye paso a paso. Es una película enigmática donde el realismo se cruza con lo místico, que asombra con su final, pero para llegar ahí hay que aguantar un letargo que podría valer o no la pena; su mensaje sobre la memoria humana, sobre la soledad y sobre la destrucción de la tierra están presentes y visibles, tal vez la forma de contarlos es donde no logre ese impacto calculado o solo este para cautivar a unos pocos especiales.