Muerte en el Nilo | Review

Kenneth Branagh regresa al cine como el detective Poirot con un elenco de renombre que no pueden mantener a flote este filme que lucha por ocultar todo lo que le rodea.

Muerte en el Nilo (2022)
Puntuación: ★★
Dirección: Kenneth Branagh
Reparto: Kenneth Branagh, Gal Gadot, Annette Bening, Sophie Okonedo, Letitia Wright, Armie Hammer, Ali Fazal, Tom Bateman y Emma Mackey
Disponible: Estreno en cines

Luego de muchos retrasos por diferentes temas, llega a los cines la última película de Kenneth Branagh sobre una novela de Agatha Christie, que con esfuerzo de muchos por fin se puede ver en pantalla.

Como es sabido, el filme es un clásico whodunit sobre un asesinato en un barco de vapor que navega río abajo en el Nilo con varias caras conocidas a bordo. El horrible homicidio significa que nuestro protagonista tendrá que entrar en acción, y este es, por supuesto, el bigotudo Hércules Poirot, interpretado por el mismo Branagh. Es Poirot quien entrevista a los sospechosos, supervisa el almacenamiento de cadáveres y entrega el desenmascaramiento final, y todo sin que el capitán de dicho barco insista en que la policía egipcia posiblemente debería involucrarse (tampoco se menciona que exista este personaje, el cual la hace más rara).

El film es una adaptación de la novela de 1937 con algunos detalles nuevos, que siendo sinceros no le aportan nada nuevo como que se presentan algunas personas de color y se ha atenuado la intensa aversión de mostrada Christie por un personaje de izquierda que era rica e hipócrita. Lo más sorprendente es que se han inventado un muy buen preludio que muestra el servicio del joven Poirot en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y cómo nace el origen de ese famoso bigote; siendo sinceros ese inicio funciona mucho mejor que todo el resto del filme, dejándonos una interesante apertura que no termina de encajar con el material que sigue.  

Ahora de una forma sin decir mucho diremos de ¿qué? va este circo donde el montaje por muchos factores se ha cargado con uno de sus protagonistas. Toda gira en tres personajes, por un lado tenemos la glamorosa heredera Linnet Ridgeway-Doyle, interpretada por Gal Gadot, quien está en el crucero con su nuevo esposo Simón, que desafortunadamente es interpretado por Armie Hammer en lo que puede ser su último papel cinematográfico, y que el montaje ha buscado cualquier ángulo para que casi no salga.

Dentro del barco está Emma Mackey, la celosa ex prometida de Simón, conocida como Jacqueline. También tenemos a Ali Fazal, el abogado y primo de Linnet. Rose Leslie, la criada reglamentaria de una señora con cara de que hago aquí y Tom Bateman, quien regresa como el alegre ayudante de Poirot, Bouc (visto en el Orient Express), este es acompañado por su intimidante madre Euphemia, interpretada por Annette Bening, quien es la única que salva los muebles del circo. Siendo sinceros, Bening siempre está muy bien.

Los otros pasajeros, son Dawn French como Mrs. Browers y Jennifer Saunders, quien interpreta a la dama de compañía de Bowers, está era una rica socialista ahora convertida en empleadora, la presencia de este venerable dúo le da bastante glamour al filme cosa que los tres protagonistas no aportan.

Destaca la presencia de Russell Brand, quien mantiene su estilo de comedia discreto y funciona lo bastante bien, aquí es el Dr. Linus Windlesham. Por otro lado, Sophie Okonedo y Letitia Wright interpretan a la cantante de jazz Salome Otterbourne y su manager y sobrina Rosalie, quien también es amiga de la glamorosa Linnet, donde Gadot vuelve a mostrar su poco talento y hace lo mismo de siempre, que es no tener carisma y ese acento que se carga es poco convincente.

El principal problema del filme realmente no es el montaje de cortes abruptos para quitar a un personaje importante dentro de la trama, sino que para opacar ese detalle sacrifica su guion y su ritmo, haciendo que dure mucho para llegar al punto importante de la historia, que es el asesinato de la persona en cuestión, pero cuando llega la cinta atrapa aunque el clímax se siente torpe o que le faltan piezas.

Branagh aporta algo de energía y de buen humor al papel de Poirot, siendo lo más rescatable en términos actorales y a esta altura nadie duda del talento de él como actor o director, al final, Muerte en Nilo se esconde levemente en esas arenas que intenta sobresalir. 

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