Pobres criaturas | Review

Emma Stone ofrece una interpretación absolutamente demencial y de otro nivel como Bella Baxter, una especie de mujer a lo Frankenstein de un anatomista victoriano con problemas, en la extraña y fascinante comedia de Yorgos Lanthimos.
FICM 2023 | Pobres Criaturas (2023)
Puntuación: ★★★★★
Dirección: Yorgos Lanthimos
Reparto: Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Margaret Qualley y Christopher Abbott

Yorgos Lanthimos es un cineasta que desde sus primeros largometrajes de bajo presupuesto dejó a más de uno maravillado por su extraño retrato de mundos salvajes y exóticos, bajo esos adjetivos su más reciente filme sigue en esos mismos caminos, aunque con más presupuesto; Pobres criaturas es una pieza cinematográfica atrevida, rara y maravillosa, está construida bajo una mirada retro futurista de una época ultrabarroca que debe considerarse como la obra más profusamente producida de los últimos años, y que también puede clasificarse como una película de arte en toda regla, incluso cuando la película navega despreocupadamente hacia una estratosfera imaginativa; pero todo es solo los recursos que tiene la cinta, ya que lo más deslumbrante aquí es la actuación de Emma Stone, quien entrega su trabajo más redondo de su carrera. 

Stone es una presencia fascinante en el centro de una extravagante fábula feminista que, a pesar de su entorno simuladamente victoriano, es una película para nuestros tiempos, destinada a cautivar al público más atrevido y al mismo tiempo mantener un estatus a largo plazo como película de culto. La última película del director de Lanthimos está basada en la novela de 1992 de Alisdair Gray, ambientada originalmente en Glasgow. 

La película comienza con un preludio en un exuberante azul aterciopelado, en el que una mujer salta de un puente. Luego pasa a blanco y negro con textura de carbón, a una escuela de medicina donde el torpe estudiante Max McCandles (Ramy Youssef) asiste a una conferencia del eminente, excéntrico y deforme cirujano Godwin Baxter, intrpretado con un acento escocés Willem Dafoe. Al finalizar la clase Godwin recluta a McCandles para que lo ayude en su trabajo actual. 

McCandles se presenta en la casa de Baxter, donde extraños animales mutados deambulan libres; el trabajo que se le asigna tiene que ver con una joven llamada Bella (Stone). Bella, despreocupada, pero aparentemente con problemas mentales, es la pupila de Baxter, pero también es su experimento; en realidad, ella es la joven del puente, a quien Baxter ha resucitado artificialmente con la adición de un nuevo cerebro.

Bella, esencialmente es una niña obstinada e impredecible en el cuerpo de una mujer, ella está aprendiendo y comprendiendo sobre del mundo, el lenguaje y su propio cuerpo, ella avanza a un ritmo formidable, lo que significa que la actuación virtuosa de Stone sufre una progresión finamente calibrada a lo largo de la película.

Bajo la atenta mirada de Godwin (cuyo nombre ella acorta a ‘God’), Bella y el enamorado McCandles parecen estar a punto de comprometerse, pero ella es seducida por el abogado canalla Duncan Wedderburn, que hace girar el bigote y juega con fanfarronería, interpretado de forma juguetona por un Mark Ruffalo, que logra robarse unas cuentas escenas. Mientras Bella descubre los placeres de su propio cuerpo, Wedderburn se aprovecha llevándola a por el mundo, viaje que resulta muy beneficioso para ella, y eventualmente menos para él. Esta parte de la película hay muchas escenas de sexo, hay que decirlo, son desenfrenadas, variadas, ridículas, grotescas pero divertidas, sin caer en la vulgaridad. 

Pobres Criaturas captura fielmente el alcance de la historia picaresca de Gray, además que mantiene la esencia de su impulso político, aunque con un efecto menos explícito. Pero lo que hace mucho más fascinante al filme, que no sé puede reducir fácilmente a sus complejidades narrativas, por muy ingeniosamente que esté elaborado el guion de Tony McNamara, quien le añade muchos diálogos ridículamente sazonados y obscenos.

La fotografía de Robbie Ryan carga una textura extraordinaria, donde cada superficie y propiedad imaginable tiene su propio acabado estético y deslumbrante. Esa misma textura se extiende a la partitura del músico británico Jerskin Fendrix: los sonidos aquí van desde espeluznantes chillidos de cuerdas y ritmos entrecortados hasta un estilo más exuberante que evoca una variación hiperdistorsionada de Michael Nyman. La figura de Baxter por sí solo es una anomalía quirúrgica cuya extrañeza física está señalada por una cara hecha de partes, como si fuera un cubo de Rubik humano (prótesis y maquillaje de Nadia Stacey), lo cual es casi otra textura más en la obra.

Pese a todo lo disparatado que es el filme, Pobres Criaturas es una película intensamente seria: una historia de emancipación femenina conseguida con esfuerzo que puede ser el examen más perverso que se haya hecho hasta ahora del mito de Pigmalión. Pero también es una película tremendamente entretenida y rara como esos animales quimera que dominan la casa de Baxter o el pequeño giro pero divertido e inquietante de Margaret Qualley como una Bella 2.0 intelectualmente menos prometedora.

Pobres Criaturas es sin dudas la película del año, cuya sorpresa radica en que una primicia tan exagerada y loca resulte completamente convincente como una figura romántica y autodidacta que, a diferencia del monstruo de Frankenstein, aspira hacer un verdadero estudio de la tecnología, la ciencia y el poder de la mujer.

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