Ramona | Review

Una versión de Frances Ha a la madrileña carente de inspiración, química y, lo peor, aburrida en sus múltiples intentos por generar empatía con sus actuaciones mediocres y decisiones genéricas.

FCE2023 | Ramona (2022)
Puntuación: ★★½
Dirección: Andrea Bagney
Reparto: Lourdes Hernández, Bruno Lastra, Francesco Carril

Homenajear, a través de referencias o paralelismos es una práctica común dentro del arte: ya que permite plasmar de manera clara la verdadera influencia que algún artista ha tenido sobre las personas involucradas en la creación de, en este caso, una película. Existe el otro extremo, donde se busca “plagiar” o copiar una escena, un momento, un diálogo o una canción, algo que grandes cineastas hacen sin tapujos y termina funcionándoles; como es el caso de Quentin Tarantino, Lars von Trier o Sofia Coppola, quienes consiguen imitar pero manteniendo una línea de respeto y creatividad que les diferencia del resto.

En Ramona, la ópera prima de la directora española Andrea Bagney, se busca de manera desesperada dejar en claro los referentes y las influencias detrás de la realización del filme, al punto de la mayoría de escenas se sienten vacías y carentes de algún atisbo de carácter, no porque la cámara esté en un lugar equivocado o porque en la película no exista una escena impactante desde el punto de vista dramático, sino debido a que, desde el inicio, se nota que el argumento sigue una fórmula preparada y poco o nada interesante.

Siguiendo la línea de la mayoría de comedias románticas que se mueven dentro del mumblecore, un movimiento cinematográfico moderno de bajos recursos, influenciado por las nuevas tecnologías y con personajes femeninos ordinarios con típicos conflictos existenciales, el argumento resulta cansino y tedioso, al mostrar una mujer joven de 30 años a la cual se le presentan múltiples oportunidades de crecimiento dentro del filme que decide rechazar por razones inexplicables que no obedecen a la contradicción humana sino a un pobre guion.

Dentro de este movimiento, el ejemplo más claro es Frances Ha, obra de culto dirigida por Noah Baumbach y protagonizada por la aclamada Greta Gerwig, quien a diferencia de Lourdes Hernández González en Ramona, dota a su personaje de encanto aprovechando su magnetismo frente a la cámara y el carisma que le caracteriza.

Resulta agobiante ver las similitudes entre ambos proyectos: la decisión de rodar en blanco y negro, tener escenas musicales en espacios abiertos, diálogos vacíos que no llevan a nada y utilizar una ciudad grande y cosmopolita como New York y Madrid como un personaje más son parte de los elementos que reflejan el porqué Ramona se siente como una versión no autorizada de Frances Ha.

Además, siguiendo la sinopsis del filme, donde una chica busca triunfar en la vida pese a no tener un enfoque definido, resulta imposible ignorar que dicho argumento está sacado de la filmografía de Woody Allen, sumado a múltiples alusiones a clásicos como Amelie, obras de Almodóvar o Won Kar Wai e inclusive la trilogía de Before dirigidas por Richard Linklater. Las intenciones no bastan para hacer que un filme funcione, pese a tener una puesta en escena atractiva y una fluidez natural, arruinada por un trío actoral que ofrece poco o nada para salvar el filme.

En resumidas cuentas, Ramona busca emular las ideas de grandes filmes y trasladarlas a suelo español sin aportar nada nuevo, siendo una entrada olvidable dentro del mumblecore que no ha conseguido ser estrenada en su país de origen pese a una seguidilla de proyecciones dentro de festivales de cine al rededor del mundo.

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