Slow Horses (serie) | Review

Los libros de Mick Herron nos llegan en forma de una serie cargada de suspenso, entretenida y elegante, con Kristin Scott Thomas robando escenas junto con Jack Lowden y Gary Oldman.

Slow Horses (Serie) (2022)
Puntuación: ★★★★
Dirección:  James Hawes
Reparto: Jack Lowden, Gary Oldman, Kristin Scott Thomas, Olivia Cooke, Saskia Reeves, Dustin Demri-Burns, Rosalind Eleazar, Chris Chung, Antonio Aakeel y Jonathan Pryce
Disponible: Apple TV

Jack Lowden se deja la piel como el frustrado y permanentemente cabreado agente del MI5 River Cartwright en esta impresionante adaptación de espías basada en la obra escrita por Mick Herron, donde el espionaje no luce glamuroso ni con alta tecnología, pero sinceramente tampoco lo ocupa ya que brilla por sus méritos propios.

La serie abre con una tensa secuencia de apertura, lo suficientemente impresionante para atrapar al espectador haciendo que la base de tu estómago se caiga por completo, lo sigue a través de un aeropuerto, mientras la gélida jefa de espías Diana Taverner (Kristin Scott Thomas) y su complaciente subordinado Webb (Freddie Fox) indican instrucciones a través de su auricular. Su tarea es identificar y neutralizar a un sospechoso, que puede o no llevar un explosivo, pero desde el momento en que un carrito de limpieza oscurece la vista de su objetivo, se vuelve cada vez más evidente que esta operación es un grave error y todo va a salir mal.

Todo lo que ocurre ahí lleva a nuestro protagonista a terminar en las oficinas conocidas como “Slow Horses”, un “purgatorio” para agentes caídos en desgracia y degradados gobernado por Jackson Lamb (Gary Oldman), quien bautiza a sus empleados como “inútiles”. El trabajo que les da a sus subordinados se siente casi deliberadamente degradante: vigilar entradas de estacionamientos, por ejemplo, o revisar el contenido de la papelera. Es como si Lamb, cuyo parloteo es desconcertantemente escatológico (haciendo de Slow Horses algo raro, un drama de prestigio con chistes de pedos), estuviera tratando de engañarlos para que renuncien por completo.

Al único agente que se le confía el trabajo de campo adecuado es Sid (Olivia Cooke), anómalamente competente. Su objetivo es un periodista derechista fracasado, y cuando surge la noticia de que un grupo de extremistas de extrema derecha ha secuestrado al estudiante musulmán Hassan Ahmed (Antonio Aakeel), parece que el trabajo duro de los “slow horses” finalmente podría darse, debido que van surgiendo varios cabos que los llevan a comandar el juego, pese a que Taverner no esté tan contenta por el asunto.

No se puede profundizar mucho de la trama en sí, debido a que sería un spoiler pero el impacto de los giros que van ocurriendo es lo más fascinante de la serie, esto especialmente el programa se las arregla para jugar y reorganizar los tropos familiares (existe el momento inevitable cuando el anterior el despectivo Lamb consigue ofrecer una variación del tema “pueden ser perdedores, ¡pero son mis perdedores!”) para crear algo deslumbrante y, a menudo, muy divertido.

Oldman, está soberbio y entrega uno de sus mejores trabajos de su carrera, y se pone a tu con su papel en la cinta que le valió la primera nominación al Oscar en Tinker Tailor Soldier Spy, donde también interpreta a un agente espía.

Scott Thomas es la roba escenas, especialmente en una escena donde tiene un enfrentamiento junto con el personaje de Oldam en un canal, dicho momento logra ser emocionante a pesar de que apenas levanta la voz, y hay un buen cameo de Jonathan Pryce como el abuelo de Cartwright, que estuvo trabajando durante la guerra fría. Sin embargo, su presencia no eclipsa a los miembros más jóvenes del elenco como Lowden y Cooke, quienes tienen muchos momentos para brillar. 

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