Un asesino a sueldo llamado ‘Ladybug’ (Pitt) es enviado a una misión aparentemente simple: subirse a un tren bala japonés para recuperar un maletín y bajarse en la siguiente parada. Excepto que el tren está repleto de otros asesinos.
Tren Bala (2022)
Puntuación: ★★★½
Dirección: David Leitch
Reparto: Brad Pitt, Aaron Taylor-Johnson, Joey King, Brian Tyree Henry, Andrew Koji, Hiroyuki Sanada, Zazie Beetz, Logan Lerman, Sandra Bullock y Michael Shannon
Disponible: Estreno en cines
Es casi inevitable al salir del cine después de ver Tren Bala y no pensar en directores como Quentin Tarantino o Guy Ritchie, especial en Tarantino, y ese estilo es el que ha intentado “recrear” David Leitch en su filmografía, y en este nuevo proyecto queda mucho más evidente para bien y para mal. Claramente, el director no llega a ese estilo, pero lo intenta sin ser revolucionario ni fascinante.
Tren Bala es una película tonta de acción, pero de esa forma es brillante y es todo lo que se le pide a una película de acción, donde los personajes logran tener un encanto y las escenas de pelea destacan sobre el guion. Los personajes son peculiares como los llamados “Lemon” (Brian Tyree Henry) y “Tangerine” (Aaron Johnson), un par de asesinos a sueldo que discuten sobre sus nombres en clave y hacen referencias irreverentes a la cultura pop (la dupla de Henry y Johnson en la forma que hablan y se comportan es muy Guy Ritchie). La mayor parte de dichas referencias son a Thomas the Tank Engine, y si encuentras esa idea irresistiblemente divertida, muchacho, tengo buenas noticias para ti: escucharás riffs muchas, muchas, muchas veces a lo largo de la película.
En cualquier caso, el guión de Zak Okewicz, basado en la novela de Kōtarō Isaka, juega con varios coloridos personajes criminales a bordo del tren, lo mejor del guion es que les da una historia de fondo a cada uno de ellos, algunas de esas tramas funcionan y justifican su aparición, pero al tener tanto personajes no todos destacan y algunos pasan sin pena ni gloria, ya que literalmente hay que hacer malabarismos con todos ellos, ya que las tramas y complicaciones requieren una disciplina narrativa real, lo cual es un problema porque no hay una lógica interna real para lo que sucede en la pantalla. Los vagones están convenientemente vacíos cuando es necesario, y no parece haber personal de tren alrededor, lo cual es conveniente, supongo, ya que de lo contrario podrían encontrarse los cuerpos o los restos, o alguien podría responder a los frecuentes disparos.
Brad Pitt (uno de los favoritos tanto de Tarantino como de Ritchie) interpreta a un “hombre peligroso” con el nombre en clave Ladybug. Su misión aparentemente simple: abordar el tren bala en Tokio, recorrer sus 16 vagones (diez económicos, seis de primera clase), encontrar un maletín específico y bajarse en la siguiente parada, lo que debe hacer rápidamente porque el tren solo se detiene un minuto en cada estación. Ladybug está trabajando para regresar a la vida criminal, pero con una perspectiva mejorada, una que busca solucionar las cosas más tranquilamente y conversando, y en toda la película pasa intentando dar consejos de autoayuda.
Desafortunadamente, él no es el único en el tren en una misión. Están los mencionados Lemon y Tangerine, que viajan con el hijo del jefe del inframundo al que acaban de rescatar, otro asesino a sueldo conocido como Hornet (Zazie Beetz) y Kimura (Andrew Koji), que está tratando de encontrar a la persona que empujó a su hijo de un tejado, y Prince (Joey King), que tiene su propio plan malvado. Y también hay una serpiente extremadamente venenosa, así que sí, hay una serpiente en un tren. Y todo lo malo que puede pasar en un tren bala ocurre.
La película es de Pitt, logra mostrar ese encanto tonto que sabe utilizar en este tipo de películas que ya ha hecho antes, aquí lo vemos como un tipo no demasiado inteligente, tratando de pensar en cómo salir de una mala situación. Joey King está claramente disfrutando de su turno de chica mala, y Henry es, como siempre, divertido de ver. El roba escenas es sin dudas Aaron Taylor-Johnson quien logra tener una química con Pitt y Henry bastante divertida. Tener a Michael Shannon en una película siempre es para elevar el material, pero aquí, no hay mucho que pueda hacer, pero cuando aparece es espectacular.
Lo que es más importante en Tren Bala, es que la cinta está repleta de flexión “genial” consciente de sí misma: cámara lenta, gotas de aguja ruidosas, gafas de sol, chistes de doble sentido, una banda sonora que busca elevar las escenas etc., pero como estamos viendo una peli que busca ser Tarantino es claro que vamos a terminar viendo una “Smokin’ Aces” o “Boondock Saints” o cualquiera que elijas, como dijimos para bien o para mal, pero sabemos que al final termina siendo entretenida.
Las secuencias de lucha de Tren Bala recuperan la energía deliciosamente maníaca de David Leitch. La parte del “automóvil silencioso” es muy divertida, un combate cuerpo a cuerpo ingeniosamente bien coreografiado que Pitt y Henry tratan desesperadamente de mantener para ellos solos, y el uso de accesorios como armamento improvisado funciona tremenda bien. Por ahí, también tenemos una batalla con espadas samuráis que es lo bastante emocionante.